Nunca me había pasado antes. Tuve una rarísima sensación al descubrir este cuadro en la exposición previa a un remate de obras de arte y antigüedades en Buenos Aires: era como estar frente a un espejo, viéndome en un envase más antiguo. O ante mi propio retrato, pintado por el genial Centurión algunos años antes de mi fecha de nacimiento.
Fue muy rara la sensación que tuve al estar parado frente a ese cuadro. Y después me crucé con un primo que me contó que él había encontrado como a cuatro personas alrededor del cuadro comentando lo parecido que era Torrini a mí. Y que no faltó el que, al ver el cuadro, dijo "¡Miralo a Pedro Baliña!". Me hubiera gustado poder comprar el cuadro y tener mi retrato "hecho con anticipación" a mi nacimiento por ese gran pintor y retratista que admiro: Emilio Centurión.
A un cliente mío, que es coleccionista y que tiene muy buenas firmas, cuando le mostré la foto, el cuadro le encantó y me comentó que, de haberlo visto en la exposición previa al remate, lo hubiera comprado para su colección. Yo quedé con él en averiguarle si el cuadro se había vendido el día del remate o si no había habido interesados. Eso hice y me confirmaron que efectivamente, la obra se había vendido el día del remate. Tenía una base de $ 55.000,00.-
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