HACIA UN
AÑO RECORD PARA EL ARTE ARGENTINO



Mercado en alza / Cifras elevadas en los remates. 
Las ventas en las subastas porteñas ya alcanzaron a los 14 millones de dólares y podrían superar los 17,6 millones del año pasado.

Todavía queda la recta final. Pero hay quienes ya sueñan con descorchar el champagne, porque este año promete marcar un récord para las ventas de arte en las subastas porteñas. No sólo porque ya casi se alcanzó la facturación total del año pasado, sino porque el último trimestre suele ser el más movido de cada temporada.
En lo que va del año, según datos de Consultart/dgb, se vendieron en los remates porteños unas 3500 obras de arte argentino por un valor equivalente a los 14 millones de dólares. El total de 2010, que marcó un récord histórico, fue de 17,6 millones.
"Es altamente probable que este año superemos ese nivel", adelanta Gualdoni Basualdo, director de Consultart/dgb.
En un año electoral, y con un contexto global incierto, un cuadro colgado en la pared parece inspirar más confianza que la tarjeta de débito. Los que prefieren una inversión segura apuestan por imágenes fácilmente reconocibles -los gauchos de Molina Campos, los barcos de Benito Quinquela Martín, los retratos de Raúl Soldi-, y en muchos casos el golpe de martillo otorga al comprador el valor agregado del prestigio.
Esto explica sólo en parte por qué cinco de los diez cuadros mejor vendidos este año son paisajes de Fernando Fader; los otros también pertenecen a artistas consagrados: Ernesto Deira, Horacio Butler, Nicolás García Uriburu, Antonio Berni y Guillermo Kuitca.
El ranking de los diez más caros lo encabezan cinco óleos sobre tela de Fader: Mañana de trabajo, de 1917, rematado por Martín Saráchaga; Interior, de 1914 (Saráchaga); Sinfonía de otoño, de 1917 (Arroyo); Cacería del guanaco, circa 1905 (Roldán) y Piedras y nubes, de 1918 (Roldán).
Le siguen Imagen, óleo sobre tela de 1969 de Deira (rematado por Arroyo); Las cuatro estaciones del hombre, cuatro óleos sobre tela de Butler de 1978 (Saráchaga); Los ombúes, óleo sobre tela de García Uriburu (Roldán); Niña y cabra, óleo sobre tela de 1960, de Berni (Saráchaga) y Sin título, acrílico sobre tela de Kuitca (Arroyo).
A la hora de evaluar los resultados de las subastas, según señalan los expertos, también hay que tener en cuenta la ley internacional de las "tres D", que indica las razones por las que regresan al mercado obras que fueron compradas para toda la vida: death (muerte), divorce (divorcio) y default (quiebra).
"Nadie se quiere desprender de un cuadro de Fader", asegura Ignacio Gutiérrez Zaldívar, director de Zurbarán y autor de varios libros sobre el artista, al que define como el mejor paisajista del arte argentino. Según él, las obras de Fader que llegan a remates -en los que se factura aproximadamente un tercio del mercado total- suelen provenir de sucesiones.
En sus 35 años como marchand, Gutiérrez Zaldívar realizó 14 muestras con 380 obras de Fader, desde sus primeros trabajos en Alemania hasta los últimos, realizados en 1931, en Córdoba. A esa provincia se vio obligado a mudarse el artista por motivos de salud, ya que padecía tuberculosis. "Los médicos le dieron seis meses de vida -recuerda- y vivió 18 años más. En Córdoba produjo su obra más importante porque tomaba cada pintura como si fuera la última."
"Fue el primer artista en el país que ganó premios internacionales y murió con un éxito absoluto", sostuvo, por su parte, Susana Smulevici, historiadora del arte y miembro del staff de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes. Agregó que el MNBA cuenta con 19 obras de Fader; entre ellas, Los mantones de Manila, de 1914.
Dijo Gualdoni Basualdo: "No es común que hayan salido al mercado en seis meses cinco obras de Fader de esta envergadura, pero no hay que confundirse: no es que haya un boom de Fader. Lo que ocurre es que el mercado es chico, y cuando aparece una obra importante, se vende".
Por otra parte, existe el factor de arrastre y emulación: cuando una obra se vende muy bien, quienes tienen obras del mismo artista suelen salir a venderlas. "Ahí aparece gente y paga sumas que después le va a costar mucho recuperar", señaló.
¿De qué sumas estamos hablando? La obra más cara rematada este año fue Mañana de trabajo, de Fader, vendida en 219.990 dólares.

RANKING
 
1 - Mañana de trabajo, F. Fader (US$ 219.990)
2 - Interior, F. Fader (US$ 187.200)
3 - Sinfonía de otoño, F. Fader (US$ 173.755)
4 - La cacería del guanaco, F. Fader (US$ 173.755)
5 - Piedras y nubes, F. Fader (US$ 95.285)
6 - Imagen, E. Deira (US$ 91.220)
7 - Las cuatro estaciones del hombre, H. Butler (US$ 89.680)
8 - Los ombúes, N. García Uriburu (US$ 84.075)
9 - Niña y cabra, A. Berni (US$ 75.100)
10 - Sín título, G. Kuitca (US$ 72.865).
 
Fuente: www.lanacion.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario