LA VANGUARDISTA CASA DEL ÁRBOL


El edificio, de 1941, queda al límite de Colegiales y es un símbolo del Modernismo, hecho por discípulos de Le Corbusier.

MODERNA. LOS 9 PISOS DEL EDIFICIO FUERON CREADOS POR KURCHAN Y FERRARI HARDOY.

Por Eduardo Parise

Tiene nueve pisos y se lo considera un ejemplo del Modernismo. Lo proyectaron en 1941 (el mismo año en que se habilitaba la avenida General Paz) y su inauguración se realizó tres años después. Y aunque muchos lo tienen como un clásico arquitectónico del barrio de Belgrano, por una cuestión de “fronteras” (la calle Virrey del Pino es el límite) el edificio está en la vereda que corresponde a Colegiales. Su nombre oficial es Edificio Los Eucaliptus, pero se lo conoce como “La Casa del Arbol”, la misma a la que la Legislatura porteña acaba de designar como edificio protegido por su valor arquitectónico e histórico. Es que esa construcción que está en Virrey del Pino 2446 tiene una curiosidad: cuando se pensó en su diseño, los tres eucaliptos que ocupaban el terreno no fueron tocados y uno hasta quedó integrado al edificio como “el centro del juego estético propuesto por los arquitectos”.
Los arquitectos que lo pensaron fueron Juan Kurchan (1913-1972) y Jorge Ferrari Hardoy (1914-1977), dos argentinos que formaron parte del Movimiento Moderno en el país y del histórico Grupo Austral, fundado en 1937. Aquella asociación integraba esa mística innovadora que, en todas las disciplinas y con especialistas en cada área, introducía nuevas tendencias. En este caso, la idea avanzaba sobre la arquitectura, pensando en la ciudad del futuro.
Es que ambos habían trabajado, durante un año, y en París, con Charles Edouard Jeanneret-Gris, un suizo-francés que vivió entre 1887 y 1965 y al que el mundo conoció como Le Corbusier, creador del CIAM, el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna. En 1929, Le Corbusier dio diez conferencias en Buenos Aires y entre sus conceptos sentenció aquello de que “Buenos Aires le da la espalda a su río”, algo que 82 años después sigue más que vigente.
Pero volvamos al edificio de Virrey del Pino 2446. Desarrollado sobre un terreno de 1.200 metros cuadrados, fue ubicado en la parte trasera del lote. La idea, respetando a los tres grandes eucaliptus, era construir dos cuerpos que formaban una L. Y en el espacio que quedaba libre, hacer un garage subterráneo cuyo techo en la superficie lo ocuparía un importante jardín con juegos para los chicos. También incluía un salón de lectura, un restaurante y algo casi desconocido para la época en edificios de alto: un lavadero de uso común. Es decir: la arquitectura al servicio de la gente.
La falta de fondos no permitió el desarrollo total de la obra (no se hizo el edificio lateral) aunque se construyó el restaurante. Pero lo más importante fue aquella integración entre naturaleza y diseño, donde hasta los colores usados para pintar el frente (rojos, verdes y marrones) tenían más intensidad en la zona de los árboles que en los sectores descubiertos.
Kurchan y Ferrari Hardoy también hicieron juntos otras obras. Pero la que quizá les dio la mayor trascendencia mundial fue la desarrollada con otro arquitecto catalán a quien conocieron cuando estaban con Le Corbusier. El hombre se llamaba Antoni Bonet (1913-1972) y en Buenos Aires los tres crearon el famoso sillón de hierro y cuero denominado BKF, por la iniciales de los apellidos Bonet, Kurchan y Ferrari. También llamado “Butterfly” (mariposa, en inglés), se lo considera un símbolo del Modernismo argentino en el mundo.
Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

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