RESTOS DEL SIGLO XVII BAJO LAS VEREDAS
DE SAN IGNACIO


Espectadores. Chicos de una escuela que visita San Ignacio observan a los especialistas. / gobierno de la ciudad

Por Romina Smith



La sugerencia fue de Francisco Baigorria, párroco de la iglesia de San Ignacio de Loyola, en Monserrat, por las obras que se preparaban en la cuadra del templo, Bolívar y Alsina: él fue quien pidió que se excavaran las veredas en busca de material histórico. Y el resultado sorprendió: bajo las baldosas, un equipo de expertos del Centro de Arqueología Urbana de la UBA y del Museo de La Plata encontró restos de cimientos de piedra y cal y otros objetos que revelan la vida colonial de una construcción que funcionaba como anexo de un pequeño templo, y que luego se transformaría en la actual iglesia.
Los trabajos empezaron en agosto y permitieron detectar, además de los cimientos, restos de cuentas de vidrio, fragmentos de vajilla de mayólica española y cerámicas . Incluso algunos elementos de hierro y huesos de animales del período colonial. La idea es que una vez concluidas las obras de remodelación de la calle y las veredas, los hallazgos sean protegidos con un blindex a la altura del piso para que puedan ser exhibidos con una iluminación que los destaque.
“A nosotros nos convocó el Ministerio de Desarrollo Urbano dentro del proyecto de remodelación de esa zona del Casco Histórico. Como parte de esos trabajos, que buscarán reconstruir el atrio de San Ignacio, nos pidieron que hiciéramos una exploración en la vereda.
Son cimientos de piedra y trozos de mayólica que están siendo desenterrados.
Sabían que podía haber restos de una construcción que ocupaba el lugar donde ahora está el colegio Nacional de Buenos Aires. Eso fue a partir de fotos históricas y planos , y lo que finalmente se comprobó: encontramos cimientos de piedras y también otros objetos del siglo XVII y XVIII”, contó a Clarín la arqueóloga Ana Igareta, directora operativa de los trabajos.
Según Igareta, las fotografías orientativas son de la década del 30 mostraban cómo era la antigua construcción, y así se calculó dónde buscar. “Lo curioso es que en Buenos Aires no hay muchos cimientos así. Las piedras debían pagarse y acarrearse desde otros sitios, y era un gasto que no cualquiera podía pagar”. El equipo de arqueólogos también abrió otros sectores, donde fueron apareciendo materiales fragmentados. “La historia de los últimos cien años de cañerías de la Ciudad atraviesan esos 15 m2 que excavamos”, sintetizó Igareta. Durante el peritaje, muchos vecinos se acercaron a preguntar qué estaba pasando. “Eso fue muy interesante, llegamos a tener 50 personas alrededor mirando cómo buscábamos”, sumó.
“El tránsito estará vedado a la altura del atrio de la iglesia, para preservarla”, contó Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano porteño.

Fuente: clarin.com

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