DAN A CONOCER LOS DIBUJOS
QUE MIGUEL ÁNGEL HIZO ESCONDIDO

Se ocultaba de Alejandro Médici, en medio de una lucha política.
Dibujó en las paredes de una sala subterránea. Se los podrá ver en Internet.
Trazos. El artista ensayó una cabeza de caballo, figuras humanas y tal vez hasta un autorretrato./ ANSA
Añadir leyendaTrazos. El artista ensayó una cabeza de caballo, figuras humanas y tal vez hasta un autorretrato./ ANSA
Por Julieta Roffo

Es 1529. Al mando del Rey Carlos I de España, las tropas ibéricas atacan Florencia, núcleo de la Toscana italiana. Tienen de su lado al Papa Clemente VII y al poderosísimo clan Médici, del que el Sumo Pontífice forma parte: los españoles están allí para derribar la República formada en 1527 y para, entonces, restaurar a los Médici en el poder Mientras la ciudad es asediada, entre junio y agosto de 1530, en una sala subterránea –y secreta– de siete metros por dos debajo de la capilla Médici que integra la Basílica de San Lorenzo, un hombre dibuja las paredes. A falta de lienzos para pintar, mármoles para tallar, Miguel Angel Buonarroti se vuelve un graffitero clandestino.
El lunes, la directora del Museo de la Capilla Médici, Mónica Bietti, mostró a la prensa los dibujos hechos con carbonilla por el genio del Renacimiento, que habían sido descubiertos en 1975, cuando se encontró esa sala secreta subterránea, y que hasta ahora sólo habían sido vistos por los estudiosos.
Aunque por razones de seguridad la sala permanecerá cerrada, la tecnología acercará las obras al público: el sitio “Michelangelo a Firenze” que próximamente pondrá en línea el Polo Museale Fiorentino (www.polomuseale.firenze.it) recorrerá los trabajos del artista en la ciudad, incluyendo los del Museo del Bargello, la Galería de la Academia, y el complejo de la Basílica de San Lorenzo.
En las paredes de la sala oculta, casi un bloc de notas tridimensional, el gran artista ensayó una cabeza de caballo, figuras humanas en las que, como en el David, se destacan los músculos, y algunos bustos similares a los de los frescos de la Capilla Sixtina. Y hay, además, una figura inusual que los estudiosos de la obra de Miguel Angel señalan como un autorretrato en el que Buonarroti posa reflexivo, tal vez preocupado por su situación de cautiverio.
Por esos días el artista se escondía de Alejandro Médici, quien recuperaría el poder una vez derrotada la República y que no desconocía la simpatía de Miguel Angel por esa iniciativa ciudadana. Tan preocupado estaba Buonarroti que intentó blanquear las paredes-atriles para no dejar rastros de esos tres meses de encierro.
Es que los Médici habían sido sus grandes mecenas, e incluso fue el perdón del Papa Clemente VII quien salvó a Miguel Angel de la “vendetta” que los seguidores de la familia le habían prometido al artista. Pero esos años republicanos los dividieron ideológicamente, aunque no impidieron que el genio siguiera trabajando.

Fuente: Revista Ñ Clarín

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