LA MUESTRA DE RON MUECK ES FUROR

En dos días la vieron unas 4.500 personas.
MUCHEDUMBRE. Hubo hasta una hora y media de cola. / FEDERICO LOPEZ CLARO
MUCHEDUMBRE. Hubo hasta una hora y media de cola. / FEDERICO LOPEZ CLARO




No sólo de camisetas azul y oro se vistió ayer La Boca. Cuando el barrio era un desfiladero de xeneizes, bien cerca del río, en la Fundación Proa, la cola para ver la muestra escultórica del artista australiano Ron Mueck duraba alrededor de una hora y media: es que el sábado visitaron la exposición unas 2.400 personas y, ayer, casi una hora antes del cierre de puertas, habían pasado unas 2.000.
Fue el plan de muchos porteños pero también de varios turistas extranjeros que recorrían Caminito; por eso, cuarenta y cinco minutos antes del cierre, quedaban 200 personas en la cola. Y ayer, aunque el lunes es el día habitual de cierre de Proa, pudo visitarse de 11 a 19 con una entrada general de 15 pesos.
Las claves de las nueve esculturas de Mueck, que podrán verse hasta el 23 de febrero y entre las que hay un rostro y una pareja debajo de una sombrilla, son su gran escala pero también su realismo, con un nivel de detalle extremo. Tal vez, que esa minuciosidad venga de la mano artesana y no de las pantallas de alta definición a las que ya se acostumbró el ojo, sea lo que ha conmovido a varios miles.

Máscara II, de Ron Mueck  Foto: Gentileza Proa









Fuente: clarin.com

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