SALE A SUBASTA UNA OBRA DE BOTTICELLI
EXPOLIADA POR LOS NAZIS


Van Ham - «Virgen con niño, San Juan Bautista y un ángel», de Sandro Botticelli

“Los actuales propietarios del cuadro, con un valor estimado de entre 250.000 y 300.000 euros, llegaron a un acuerdo con los herederos del coleccionista judío al que perteneció originariamente.
Una obra de Sandro Botticelli, identificada como arte robado por los nazis, saldrá a subasta en Colonia, anunció la casa de subastas Van Ham. Los actuales propietarios del cuadro «Virgen con niño, San Juan Bautista y un ángel» desconocían que se trataba de arte expropiado por el régimen nazi, pero esta circunstancia fue confirmada por un experto en materia de restitución.
El cuadro, con un diámetro de 87,5 centímetros, formó parte en su día de la amplia colección judía Nardus y fue expropiada en 1942 por los nazis y adquirido en 1943 por un coleccionista privado en Colonia. Tras la muerte de la heredera de la pintura, que probablemente desconociera el origen del cuadro, los actuales propietarios de la obra decidieron sacarla a subasta a través de la casa de pujas Van Ham.
Tras confirmarse que la pintura figuraba como obra expoliada por los nazis, los actuales propietarios llegaron a un acuerdo con los herederos del coleccionista judío al que perteneció originariamente el cuadro.
La pintura, realizada sobre tela redonda y con un valor estimado de entre 250.000 y 300.000 euros, será subastada el próximo 14 de noviembre, según apunta la casa de subastas sin precisar los términos del acuerdo alcanzado.
Los cuadros de Botticelli (1445-1510) «son una rareza en el mercado del arte, por lo que es un evento especial poder mostrar al público una pintura tan propia de museo en la subasta de otoño», señaló Van Ham en su página web.

Fuente: abc.es

MÉXICO COMPRÓ POR UN MILLÓN DE DÓLARES
UN DOCUMENTO FUNDACIONAL

El Códice de Chimalpáhin
Data del siglo XVII y lo tenía la Sociedad Bíblica de Londres.

Aquí comienza la crónica y antigüedad de los mexicanos”. Esas son las primeras palabras del Códice Chimalpáhin, uno de los documentos fudacionales de la nación , creado en el siglo XVII .
México lo recuperó en mayo tras pagar la nada despreciable suma de un millón de dólares. El documento estaba en manos de la Sociedad Bíblica de Londres, que lo tenía desde 1827 y que estaba a punto de subastarlo en Londres por la casa Christie’s cuando México logró comprarlo.
El Códice, que por ser de autoría y punto de vista indígena, está considerada como el inicio de la historiografía mexicana, se compone de un centenar de manuscritos redactados en náhuati, la lengua franca prehispánica, y contiene también algunos pasajes en español. Sus autores son Domingo Chiamalpáhin (1579-1660) y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1578-1650), que fueron miembros de dos poderosos linajes locales, el primero descendiente de los Señores de Chalco y el segundo, del rey poeta Nezahualcóyotl.

La obra, una fuente fundamental sobre la vida cotidiana, la sociedad y la política de antes de la colonización y también de la Nueva España, fue adquirido por el Insituto Nacional de Antropología e Historia, donde será preservado e investigado, y desde la semana pasada, además, se exponen en el Museo Nacional de Antropología como pieza estrella de la muestra “Códices mexicanos: memorias y saberes”.
Constituye una lectura de cómo se veían los mexicanos y de cómo los veían los españoles, además de un relato de los orígenes, como muestran estas frases que relatan la llegada de los aztecas a Tenochtitlán, hoy ciudad de México: “...lugar señalado y famoso, donde crece el nopal enmedio de las aguas, donde el águila reposa y grita, donde despliega sus alas al sol y come, donde bufa la serpiente y nada el pez, donde se incendian las aguas, donde se conocen las fatigas...”.
La historia del Códice se remonta a la mitad del siglo XVII, cuando el jesuita Carlos de Sigüenza y Góngora lo reunió en tres volúmenes, en su biblioteca, y que luego pasó a formar parte del Colegio de San Ildefonso, en la capital del país. En el año 1827, el bibliotecario del colegio, José María Luís Mora, que con el tiempo se convertiría en un iniciador del pensamiento liberal en México, acordó con el inglés James Thomsen, representante de la Sociedad Bíblica, intercambiar el Códice por una partida de Biblias protestantes. Thomsen se llevó entonces el documento a Londres.
Tras concretar la compra del documento, justo un día antes de que fuera subastado en la capital inglesa, el secretario técnico del Museo, César Moheno, se resistía a juzgar la pertinencia del trueque hecho por Mora y afirmó ante la prensa que “En Historia, se sabe que no podemos juzgar el pasado de acuerdo a valores contemporáneos”. Y lo dijo porque cuando Mora hizo el trato, hacía sólo seis años que México se había independizado de España y el Estado estaba todavía organizando sus instituciones: En 1825 se había creado el primer museo nacional, y la primera legislación sobre patrimonio no llegaría hasta mediados del siglo XIX.


Fuente: clarin.com

UNA MUESTRA DE OBRAS DE ARTE
QUE SE TRANSFORMAN CUANDO LAS MIRAN

Es la tercera edición de la Bienal Kosice, con 100 proyectos de 10 países Hay que caminar sobre pantallas planas, “llueve” más o menos, según el visitante pasa. La interacción es central.
Hidrórgano. La obra que ganó el certamen tiene cinco teclas que disparan chorros de agua. / MARÍA EUGENIA CERUTTI
Hidrórgano. La obra que ganó el certamen tiene cinco teclas que disparan chorros de agua. / MARÍA EUGENIA CERUTTI
Julieta Roffo

“Una utopía lo es hasta que deja de serlo”, escribió una vez el artista plástico y visual Gyula Kosice, que desde los años cuarenta trabaja con agua y electricidad para crear sus obras. Esa idea de utopía, a la que Tomás Moro nombró en el siglo XVI, es la que atraviesa la tercera edición de la Bienal Kosice, que expone casi veinte obras en el Centro Cultural Borges y que por primera vez cuenta con artistas latinoamericanos entre sus participantes.
Hay que subirse a ese panel de pantallas planas que prepararon artistas de la Universidad Maimónides y que está apoyado en el piso: las gotas que parecen caer de los tubos de LED colgados del techo y que hacen “globito” en las pantallas, se aceleran cuando el visitante camina, y el ruido de la lluvia se vuelve más copioso. Hay que subirse a la instalación con hamacas que diseñó el colectivo Metaphoraq: al acercarse a la estructura, empiezan a desfilar por el piso imágenes del mapa de la isla Utopía que imaginó Moro y si alguien ocupa la hamaca de al lado, se activan las luces que iluminan los dos asientos. “La obra se completa con la participación, creemos que el encuentro con el otro, en la otra hamaca, abre la posibilidad de realización de la utopía”, cuentan las autoras.
Del concurso para exponer en la Bienal, de la que son jurado los artistas Graciela Taquini, Rodrigo Alonso y el propio Kosice, entre otros, participaron unos 100 proyectos de 10 países, entre los que se cuentan México, Uruguay, Brasil, Panamá y Chile. Desde Perú llegó la obra que registró los ruidos de la selva de ese país y los combinó con sensores de movimiento que se activan y suenan cuando el visitante se acerca a la huerta hidropónica (todo crece en agua, no hay tierra) montada en el Borges. La obra de Marina Zerbarini, una artista argentina, muestra varios mapamundis que tienen una lamparita LED conectada al sitio web de distintos aeropuertos del mundo: el de Nueva York, el de Córdoba y el de Nueva Delhi.
Si llueve, se prende una luz verde, si hay tormenta, roja, y si cae nieve, azul. La de Zerbarini es una de las cuatro obras que fueron premiadas en Bienales anteriores y que participan de esta edición como “invitadas”: otra es Homoludens intergaláctico, de Margarita Bali, que grabó a su grupo de danza y lo reproduce sobre una superficie con esferas que parecen planetas. Como telón de fondo, Bali decidió proyectar fotos tomadas por el telescopio espacial Hubble.
La obra que ganó los 40.000 pesos del primer premio es de Federico Joselevich Puiggrós: siguiendo las proporciones de la serie Fibonacci (una sucesión de números naturales, 1, 1, 2,3,5,8,13...), el artista diseñó un “hidrórgano”. Tiene cinco teclas que disparan chorros de agua que, por la distancia que tienen hasta el disco metálico en el que impactan, producen distintas notas musicales: atentos Les Luthiers.
“ Es la primera muestra de arte y nuevos medios que se hace en el Borges, y en cada nueva Bienal aparecen mayores experimentaciones. Esta vez hay robótica, cada vez más obras de bio-arte, un vínculo más estrecho entre lo científico y lo artístico”, resume Tomás Oulton, de Objeto a, la productora de la muestra. Para Mariela Staude, que por parte del Centro Cultural formó parte del jurado, “lo interactivo está manejado de formas muy diversas: no sólo tocando sino con la voz, con los movimientos y obligando al visitante a que piense cosas”.
“Creo que me están superando”, dice Kosice, precursor del arte cinético en el mundo, y agrega: “Se están acercando a la vanguardia del siglo XXI de una manera veloz, no sólo por la cantidad de obras que se producen, sino por su calidad”. Tímido, un visitante del Borges se asoma a las pantallas planas sobre las que cae una lluvia ficticia y pregunta: “¿Puedo pisar?”. Sube y sonríe.

De a dos. Una instalación con hamacas apuesta a la compañía. / M E CERUTTI
De a dos. Una instalación con hamacas apuesta a la compañía. / M E CERUTTI

Fuente: clarin.com









Hidrórgano. La obra que ganó el certamen tiene cinco teclas que disparan chorros de agua. / MARÍA EUGENIA CERUTTI

INTIMIDADES DE BORGES Y ELSA ASTETE,
LA MUJER DE LA QUE EL ESCRITOR HUYÓ

La primera esposa del autor Estuvieron casados entre 1967 y 1970.
El la llamó “oscura y posesiva” y la abandonó sin aviso ni explicaciones.

Una noche, en 1969, Jorge Luis Borges, su primera mujer, Elsa Astete, y su traductor, Norman Thomas Di Giovanni, fueron invitados a una cena en lo de Rodman Rockefeller (hijo del entonces gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller). Elsa no preguntó a cuál miembro de la famosa dinastía iban a visitar ni por qué: el apellido era suficiente para avivar su emoción, y cuando llegaron al departamento de la Quinta Avenida, sacó una pequeña Kodak y fotografió todas las habitaciones, baño incluido. Uno de los invitados le preguntó a Norman: “¿De dónde sacó Borges a esta zorra de clase baja?”, y aunque Di Giovanni describe la incomodidad que le produjeron esas palabras, no se privó de ponerlas en Georgie & Elsa, el libro que acaba de publicar.
El escritor Alberto Manguel dijo una vez que a Jorge Luis Borges (1899) se lo lee en inglés “a pesar” de las traducciones. Pero incluso él está de acuerdo en que el mejor traductor de Borges a esa lengua fue Di Giovanni, siquiera por el hecho de que trabajó largamente en ellas junto al propio Borges. Para muchos, fueron esas traducciones colaborativas, realizadas sobre todo entre 1968 y 1972, las que instalaron definitivamente al autor de Ficciones entre los lectores angloparlantes.
El nuevo libro de Di Giovanni es una memoria de los tres años en los que Borges estuvo casado con Elsa Astete Millán (1911), y de los que fue un “testigo renuente y turbio participante”. Lo de “turbio” tiene que ver con su colaboración en el denso trámite de separación de la pareja (que Borges decidió unilateralmente) y, en especial, con la ayuda que prestó para el literal y célebre escape del escritor del departamento que compartía con Elsa en avenida Belgrano: un día se fue a trabajar como siempre y no volvió.
En la misma vena, Di Giovanni transcribió, a pedido de Borges, un listado de las 27 razones por las que deseaba terminar con su mujer. Por ejemplo: “ Se inmiscuye en todos mis asuntos particulares y ha tentado (sic) que las secretarias de la Biblioteca Nacional espíen mi correspondencia, mis llamadas telefónicas y mis visitas ". O “ No ha mostrado el menor interés en mi obra literaria, pero sí en los resultados pecuinarios de esa obra ”. Y: “ Le perturban, por alguna razón oscura y posesiva, mis amigos actuales y anteriores, mi familia e incluso mis antepasados ”.
Ninguna biografía da verdadera cuenta de la relación entre Astete y Borges, casados entre 1967 y 1970. A Elsa le interesaba tan poco la literatura y el mundo intelectual de su marido que quienes han trabajado sobre la vida de Borges no parecen tener motivos para dedicarle más que algunos párrafos imprecisos. Di Giovanni, en cambio, relata las versiones acerca de su primer encuentro, de su –si así puede llamárselo– enamoramiento, de la influencia de Leonor Acevedo en el enlace (años después madre e hijo se culparían mutuamente del paso en falso) y de la personalidad estrambótica, más bien vulgar y controladora de Elsa.
Hay varias anécdotas –algunas vagas y de dudosa utilidad, como la que sugiere una relación lésbica entre Elsa y su encantadora prima Olga– que pintan un retrato no tan inclemente como exasperante o caricaturesco, y que no es más que la imagen que otros se hicieron de Astete. Pero el libro deja algo en claro: ella odiaba el esnobismo de los ambientes literarios y, al igual que su marido, no fue feliz en la relación.
Georgie & Elsa bien podría titularse Georgie, Elsa & Norman. En efecto, buena parte del libro describe la relación laboral y personal entre Borges y el traductor. No es sorprendente que Di Giovanni se dé un lugar protagónico: la mayoría de las traducciones en las que trabajó junto a Borges se realizaron durante ese matrimonio, y por eso pudo atestiguar sus vicisitudes.
Tras la muerte de Borges y con los derechos de su obra en manos de su última esposa, María Kodama, esas traducciones salieron de circulación, mientras que algunos poemas se reeditaron sin permiso. Di Giovanni no pudo publicar las traducciones en su sitio web. El libro no hace mención de Kodama, pero sí de las demás mujeres en la vida de Borges.
Georgie & Elsa, que aún no llega a la Argentina, interesará a quienes quieran sumar una visión a la siempre parcial, siempre llena de rumores, siempre polémica vida personal de Jorge Luis Borges.


Fuente: clarin.com

LAS IMÁGENES RELIGIOSAS,
CENTRO DE UNA MUESTRA DE ARTE ITALIANO

La segunda parte de la exitosa “Meraviglie dalle Marche” Son 36 obras del Renacimiento y el Barroco, cuando el arte se usaba como propaganda.
Las salas del Museo de Arte Decorativo son perfectas para albergar las obras que acaban de llegar de Italia: amplias y con una luz muy tenue, reproducen el ambiente en que estos cuadros vivían cuando fueron creados. Es por eso que la visita a la muestra Meraviglie dalle Marche II, (Maravillas de –la región italiana de– Las Marcas) que hasta el 30 de noviembre se podrá visitar en el Museo de Arte Decorativo , constituye un viaje en el tiempo hacia una Europa que se alejaba de la oscuridad de la Edad Media y comenzaba a caminar hacia la luz.
Se trata de 36 obras de artistas del Renacimiento y el Barroco italiano, épocas en que, a falta de medios masivos de comunicación, el arte funcionaba a modo de propaganda, sobre todo de la Iglesia Católica, y por eso la mayor parte de las obras que componen la muestra son de arte religioso. La estrella indiscutible es la obra San Francisco recibe los estigmas, un óleo de gran tamaño que Tiziano Vecellio pintó entre los años 1567 y 1569. Pero no es lo único que se destaca en esta exposición, más de 500 años de arte italiano dan para mucho. También pueden verse obras de artistas como Filippo Bellini, Domenico Tintoretto (que no es otro que el hijo del famoso Tintoretto), Luca Giordano, Lorenzo Lotto o Francesco Podesti.
Otra de las obras impactantes es La Nigromante, realizada entre 1600 y 1649 por Angelo Caroselli que remite a los histriónicos rostros salidos del taller de Caravaggio, artista que, esta vez desde el Museo de Bellas Artes también brilló hace dos años en Buenos Aires.
Suele decirse que las segundas partes nunca son buenas pero, como sucede con la mayoría de los dichos populares, no siempre es cierto. En esta ocasión, lo más probable es que el dicho no se cumpla y las filas de gente a la puerta del museo sean la postal que quede para el recuerdo. Al menos, eso fue lo que sucedió en 2012 cuando, al mismo museo, llegó la primera parte de la muestra Meraviglie dalle Marche, donde destacaban obras de Tiziano, Rubens y Rafael. En los tres meses que estuvo abierta al público, visitaron la exposición más de 80.000 personas.
“A pesar de las guerras napoleónicas y de las ventas, muchas de estas obras se conservaron en las iglesias de Las Marcas, y por eso pudieron recuperarse después”, contó durante la conferencia de prensa, antes de la inauguración Stefano Papetti, uno de los curadores de la muestra. Por eso el ambiente es sombrío y llama a observar las detallistas obras en riguroso silencio.
Los organizadores destacaron que muchas de estas obras, procedentes de colecciones públicas y privadas de la italiana región de Las Marcas –de ahí el nombre de la muestra– aún no han sido expuestas al público en Italia y sin embargo, se pueden ver acá. “En Italia no hay petróleo”, afirmó Papetti, “pero estas obras son nuestro oro negro”.


Fuente: clarin.com

CUANDO DEJAMOS DE MANEJAR A LA INGLESA

Estrellas del pasado
La popularidad en tiempos de los próceres

En abril de 1944 se debatía qué ocurriría cuando se terminara el puente que unía Paso de los Libres con Uruguayana (Brasil). Porque nuestros vecinos manejaban conservando la derecha, pero nosotros lo hacíamos al revés, es decir, a la inglesa.
El ministro de Obras Públicas del presidente Farrel, Juan Pistarini, firmó el decreto que establecía que el domingo 10 de junio de 1945 todos los autos del país debían modificar su sentido de marcha. Se determinó que la primera semana se manejaría a menor velocidad. La campaña se inició de inmediato. Se imprimieron calcomanías que debían pegarse en los vidrios de los autos. Las flechas indicaban por dónde debían ser pasados: por la izquierda.
Los folletos con consejos buscaban resolver las situaciones de incertidumbre -por ejemplo, en una bocacalle- con frases como: Piense que si usted es una persona serena, el otro conductor puede ser un novicio de temperamento nervioso y perder el control en momento de peligro. Otro de los consejos era: Si se encuentra de frente con otro coche que no tiene en cuenta el cambio de mano, usted debe detener su vehículo y hacer al otro conductor las indicaciones necesarias. ¿Habrán nacido allí los gestos que aún hacemos desde nuestros autos, para demostrar unos a otros y otros a unos que están o estamos equivocados?
Como medida complementaria se modificó el sentido de circulación de muchísimas calles. Brigadas del Touring Club Argentino y del Automóvil Club Argentino salieron con escaleras y martillos a estampar carteles viales. Se dieron vuelta 280 señales y se adhirieron a las esquinas 6500 flechas indicadoras del sentido de la circulación. Se acordó que los trenes y subtes no cambiarían de mano para no sumar más confusiones.
En mayo se realizó un simulacro de cambio de mano en Corrientes y 9 de Julio. Durante un día entero se podía dar vueltas alrededor del Obelisco en el sentido contrario al que estaban acostumbrados. La gente se paraba en la Plaza de la República para ver el espectáculo del giro a la izquierda.
Además de la constante publicidad oficial, las empresas hicieron su aporte. Cinzano publicó un aviso en los matutinos: Hoy cambie de mano, y siga tomando vermouthCinzano. La joyería Escasany mostraba un reloj de pulsera con correa de cuero que pasaba a la mano derecha. Su eslogan alusivo fue: Hoy, cambio de mano. Verifique la velocidad de su coche con cronógrafos de Casa Escasany. Otro aviso: Tome su derecha y tome Geniol. El de pinturerías Alba: Desde el Alba del 10 de junio, todo el país cambiará de mano. La única mano que se conserva es la mano de pinturas Alba.
A las 5.55 del domingo 6 de junio de 1945, un ejército de policías hacía sonar sus silbatos y les indicaba a los automovilistas que lentamente se pasaran de carril o giraran el vehículo -por el cambio de sentido de más de 100 calles-, y aguardaran frenados cinco minutitos. A las 6, la Argentina ingresó al Primer Mundo de la circulación. Fue el fin del manejo a la inglesa.


Fuente: lanacion.com

LA IGLESIA DE SANTA FELICITAS
LUCHA CONTRA EL ABANDONO Y EL OLVIDO

Construida a partir de una trágica historia de amor, hoy luce grafitis en su fachada y muros descascarados; anuncian un plan de recuperación y de puesta en valor
Paredes descascaradas y con humedad en el interior del templo  Foto: LA NACION / Fernando Massobrio
Paredes descascaradas y con humedad en el interior del templo. Foto: LA NACIÓN / Fernando Massobrio
Por Valeria Musse

Con este panorama, la puesta en valor de la iglesia "es inminente", aseguraron fuentes del gobierno porteño a LA NACIÓN luego de que se realizara un estudio técnico para detectar cuáles son los principales problemas.
Situada en la calle Isabel La Católica 520, entre Brandsen y Pinzón, la iglesia se asoma por detrás de la plaza Colombia.
Su construcción, que data de 1876, tiene como origen una historia de amor trágica. Felicitas Guerrero había contraído matrimonio con don Martín de Álzaga, pero ocho años después, cuando tenía 24, enviudó.
Muchos jóvenes se interesaron por ella, entre ellos Enrique Ocampo, descendiente de una tradicional familia. Pero el amor del hombre no era correspondido por la joven. Despechado, Ocampo discutió con Felicitas y le disparó.
La muchacha falleció el 30 de enero de 1872 y con su muerte nació una leyenda que supo conservarse pese al paso del tiempo.
Hay quienes aseguran que el fantasma de la joven se pasea por el interior del templo, que fue enviado a construir por sus padres en su memoria.
La leyenda urbana, sobre la que mucho se ha escrito, asegura también que algunos vecinos -que lógicamente, nadie logra identificar- inclusive, susurran que dentro del templo se oyen ruidos extraños.
Sin embargo, lo que otrora fuera un templo reluciente, actualmente se encuentra casi abandonado.
"No es que no haya interés por mantenerlo, pero hay que comenzar con los trabajos de restauración para que la situación no empeore. Presenta un grado de deterioro avanzado", destacó a LA NACIÓN, preocupado, Marcelo Louge, cuya mujer es sobrina bisnieta de Felicitas, la fuente inspiradora de la iglesia de Barracas.
Sólo una recorrida visual por el templo permite observar que la pared donde se apoya la reja perimetral fue decorada con grafitis. Además, la fachada del santuario está sucia por el excremento de las aves y en sus laterales los cimientos parecer estar afectados por las filtraciones de agua.
Dentro del templo, el olor a humedad se adueñó del espacio. Algunos de los que solían ser vistosos frescos, como los de la cúpula, se transformaron en deslucidas pinturas.
Parte de la mampostería está saltada y en la capilla primitiva de los Álzaga, detrás de la nave principal, las paredes lucen abandonadas y agrietadas.
El plan para la puesta en valor de la iglesia, que, según lo que pudo saber LA NACIÓN, requerirá una inversión de poco menos de $ 6.000.000, constará de varias etapas.
La primera de ellas, que desde el gobierno porteño estimaron que comenzará en las próximas semanas, se centrará en la adecuación y modernización de toda la instalación eléctrica.
Luego, y con la intervención de especialistas, se realizarán los trabajos de restauración de muros y mármoles.

Sólo los fines de semana

A principios de la década del 80, la familia Guerrero donó la iglesia al Ejecutivo porteño, pero años más tarde la Ciudad realizó un convenio con el Arzobispado de Buenos Aires para cederle el uso y goce de la Iglesia Santa Felicitas para que se ocupara de las actividades religiosas. El mantenimiento del templo quedó, en tanto, quedó a resguardo del gobierno de la ciudad.
Louge sostiene que los descendientes de Felicitas no sólo esperan la restauración de la iglesia. Es que, a través de dos misivas dirigidas en mayo de 2013 al papa Francisco y al arzobispo de Buenos Aires, monseñor Marco Poli, pidieron que el templo permanezca abierto todos los días para la atención de los feligreses. Actualmente, sólo celebran misas los viernes, los sábados a la tarde y los domingos a la mañana.


Fuente: lanacion.com

EL ARTE SE METE EN EL REFERÉNDUM DE ESCOCIA

Mañana se vota "Sí" o "No" a la independencia.La Tate Modern, uno de los museos más visitados del mundo, anunció que no devolverá las obras de artistas de ese país.

COLÓN SE VA A LA COSTANERA,
PERO LA MUDANZA TARDARÁ UN AÑO

La Legislatura porteña aprobó ayer la ley que habilita el traslado del grupo escultórico frente al Aeroparque; el 12 de Octubre, el gobierno nacional colocaría en su lugar la estatua de Juana Azurduy.
El pedestal sobre el que estaba montado el Monumento a Colón ya no se ve; lo reemplaza la estructura sobre la que irá el de Juana Azurduy  Foto: LA NACION / Fabián Marelli
El pedestal sobre el que estaba montado el Monumento a Colón ya no se ve; lo reemplaza la estructura sobre la que irá el de Juana Azurduy. Foto: LA NACIÓN / Fabián Marelli
Por Laura Rocha / La Nación

Colón se mudará a la Costanera Norte. Así lo determinó finalmente ayer la Legislatura porteña que aprobó, en segunda lectura, el emplazamiento del conjunto artístico que estaba detrás de la Casa Rosada. Allí, para el próximo 12 de Octubre, el gobierno nacional quiere montar la estatua de Juana Azurduy, donada por el gobierno boliviano.
El Monumento a Colón, que la presidenta Cristina Kirchner pidió remover de detrás de la Casa de Gobierno, será reubicado, tal vez dentro de un año, en el espigón Puerto Argentino en la avenida Costanera, frente al Aeroparque.
La ley que determina el traslado de la obra y su lugar de emplazamiento recibió sanción definitiva tras ser aprobada en segunda lectura con 41 votos positivos y 8 negativos, de los diputados Alejandro Bodart (MST), Javier Gentilini (Proyecto Sur), Marcelo Ramal (FIT), Graciela Ocaña y Cristina García (CP), María Eugenia Estenssoro, Hernán Rossi y Juan Nosiglia (Suma+), y la abstención de la diputada Virginia González Gass (PSA).
Sin embargo, no está dicha la última palabra. Las entidades italianas que se oponen a la mudanza reclaman que se cumpla con lo que la Justicia ordenó que es la interrupción del proceso de traslado.
"Para nosotros, no agrega demasiado. Ya en junio habían aprobado la resolución del traslado, hoy sólo determinaron el lugar. En la Justicia, hay una medida cautelar que está vigente y no pueden mover las piezas", indicó Alejandro Marrocco, abogado de las entidades italianas.
En la plaza Colón puede observarse que el monumento al navegante genovés sigue totalmente desmontado. Incluso ya está levantado el pedestal donde ubicarán a Juana Azurduy.
El convenio de cooperación que acordaron la Nación y la Ciudad determina que los gastos de traslado, restauración y emplazamiento serán cubiertos por el Poder Ejecutivo Nacional, y que el lugar de ubicación debía ser establecido por su par porteño, que asume la responsabilidad de mantenimiento y custodia luego de su efectivo traslado.
El costo, según estimó el secretario de Derechos Humanos porteño, Claudio Avruj, será de 25 millones de pesos. "Serán necesarios trabajos de suelo. El traslado y el emplazamiento del monumento va a tardar un año. Todavía faltan acordar los tiempos y cómo se instrumentará esa financiación, si mediante transferencias al gobierno porteño o si el Nacional les realizará pagos directos a los contratistas", indicó el funcionario a la prensa.
Respecto del costo, Bodart, que votó en contra, sostuvo: "Este acuerdo anticipa más pacto Pro-K. Ambos gobiernos empezaron enfrentados en este tema y aunque intentan mostrarse distintos terminan pactando, seguro como parte de un canje mayor. En plena crisis, esto es distracción política y malgasto de 25 millones de pesos que se podrían destinar a necesidades sociales".
Los trabajos para instalar el Monumento a Colón en la Costanera requieren de un sistema de pilotes en la plazoleta con una losa de cemento. Sin estos refuerzos, la estructura se podría hundir. Según las estimaciones del funcionario, sólo ese trabajo se prolongará por tres meses. Luego hay que trasladar las partes del monumento, que están en la plaza Colón. Son unas 600 toneladas de piezas de mármol.
"Nosotros insistimos en que esta mudanza implica una destrucción. Porque aunque ellos pusieron la excusa de la restauración, desarmarlo como lo han desarmado implica una destrucción", agregó Marrocco.
El monumento fue una donación de la comunidad italiana al pueblo argentino, y la obra fue realizada en dos tipos de mármol de Carrara por el escultor italiano Arnaldo Zocchi. Comenzó a gestarse en 1904 en la Cámara de Comercio Argentino-Italiana y terminó de construirse en 1921, en la plaza Colón.
La intención original de la Casa Rosada era llevar el monumento a la plaza Colón de Mar del Plata y colocar en su reemplazo una escultura de Juana Azurduy que confecciona el artista Andrés Zerneri en los galpones de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, en Núñez.
Pero las tareas de remoción fueron frenadas por un recurso de amparo que interpusieron las organizaciones de defensa del patrimonio Basta de Demoler (a la que la Ciudad demandó por frenar las obras de la línea H de subte en Recoleta) y Salvemos las Estatuas, al que luego se sumaron varios representantes de la colectividad italiana.
Horacio Savoia, representante legal del Círculo Italiano, indicó: "Como es público y notorio se encuentra vigente la medida cautelar que prohíbe el mentado traslado y si eso no fuera suficiente, es importante recordar que se encuentra pendiente de resolución el planteo de inconstitucionalidad presentado".

La estatua de Juana Azurduy

Nacida en Sucre, Bolivia, Juana Azurduy fue una luchadora por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata y fue ascendida post mórtem por Cristina Kirchner a general del Ejército Argentino. Para la construcción de este monumento el gobierno boliviano de Evo Morales aprobó por decreto la donación de poco más de un millón de dólares a la Argentina. El trabajo fue encargado al escultor argentino Andrés Zerneri. El artista plástico había anticipado que la estatua, realizada en bronce y de 9,5 metros de altura, estaría lista en enero de este año, pero no fue así. La escultura mostrará a Azurduy en plena batalla, con una espada en la mano izquierda y con el brazo derecho detrás de su cuerpo protegiendo a sus cinco hijos y a campesinos y gauchos originarios de las Provincias del Río de la Plata.

 
Del editor: qué significa. El trámite burocrático para darle una cuota de legalidad está cumplido. Colón y una parte de la historia porteña, sin embargo, siguen en el piso.

Fuente: lanacion.com

LAS HORRENDAS HERIDAS
QUE CAUSARON LA MUERTE A RICARDO III

Fue un ataque brutal: al menos 11 heridas de afiladas armas medievales marcaron el final del rey inglés Ricardo III, según el análisis forense que pudo recrear con escalofriantes detalles el momento de su muerte.
Un equipo de forenses examinó los restos de Ricardo III para determinar las armas y heridas que le causaron la muerte. Foto: BBC Mundo

Esta es la escena: el rey Ricardo III desmonta de su caballo, atrapado en una ciénaga, y por alguna razón no lleva su casco de guerrero. Allí, en el barro, varias personas lo atacan con espadas, dagas y las puntas afiladas de otras armas medievales, causándole al menos 11 heridas que quedan marcadas en sus huesos.
Más de 500 años después, el análisis científico de sus restos óseos permitió reconstruir cómo fue la violenta muerte del último rey inglés que perdió la vida en un campo de batalla, el 22 de agosto de 1485.
Aquel fatídico día, dicen investigadores forenses de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, incluso lo apuñalaron después de muerto.
Para determinar cómo fue el brutal final de Ricardo, los investigadores analizaron con tomografías computarizadas su esqueleto de 500 años de antigüedad, que fue hallado en 2012 bajo un estacionamiento en la ciudad de Leicester, tras haber estado desaparecido por cinco siglos.
Los resultados de este examen, publicados en la revista especializada The Lancet, revelan las huellas de nueve heridas en el cráneo y dos más en el torso del rey vencido.


El análisis de ADN permitió identificar los restos de Ricardo III y reconstruir
su rostro. Foto: BBC Mundo.




















Según los expertos, tres de estas lesiones "pudieron causar la muerte rápidamente".
"Las heridas de Ricardo III representan un ataque sostenido o perpetrado por varios atacantes con armas del período medieval tardío", explicó Sarah Hainsworth, autora del trabajo.
"Las heridas en el cráneo sugieren que no tenía el casco, y la ausencia de lesiones defensivas en sus brazos y manos indican que aún tenía puesta la armadura en el momento de su muerte".

Arrodillado

Dos de las heridas fatales, dice Guy Rutty, patólogo del equipo, fueron producto del golpe de una espada, una alabarda o arma de asta, o la punta de un arma afilada en la base del cráneo.
Las lesiones en la cabeza de Ricardo III son consistentes con algunos reportes de la época de la batalla, que sugieren que Ricardo abandonó su caballo después de que quedara atrapado en una ciénaga y murió mientras enfrentaba a sus enemigos.
"Las lesiones en la cabeza de Ricardo III son consistentes con algunos reportes de la época de la batalla, que sugieren que Ricardo abandonó su caballo después de que quedara atrapado en una ciénaga y murió mientras enfrentaba a sus enemigos".
Esto concuerda con la idea de que la víctima estaba "en una posición de cúbito prono (tendido boca abajo) o arrodillado con la cabeza gacha", escribieron los forenses.
Las heridas no fatales incluyen tres cortes en la coronilla que deben haberle arrancado gran parte del cuero cabelludo.
Además, una daga o cuchillo le atravesó el rostro, cortándolo desde la mejilla derecha a la izquierda.
Por otra parte, los investigadores vieron una lesión en la pelvis que parece haber sido provocada por una espada clavada en el trasero. Esta herida en teoría pudo haber provocado una hemorragia letal, pero no es probable que haya sido la causa de la muerte ya que la armadura protegía esta parte del cuerpo.
En cambio, los científicos piensan que esta lesión y otra en una costilla -hecha con una fina daga- fueron producto de golpes asestados cuando el rey ya estaba muerto, posiblemente cuando el cuerpo colgaba inerte encima de un caballo.

Según el estudio forense, el rey Ricardo III sufrió nueve heridas en la cabeza.
Foto: BBC Mundo

Según los investigadores, pudo haber más laceraciones en tejidos blandos que no dejaron huella en los huesos.
Ricardo III tenía 32 años cuando murió en aquel fatal lodazal, tras un reinado de poco más de dos años.
Algunas crónicas de su época lo describen como un rey bueno y generoso, pero su fama fue oscurecida por los vencedores, de la dinastía Tudor.
En la obra de Shakespeare que lleva su nombre, el rey es un personaje jorobado, conspirador, asesino y hambriento de poder.
En la realidad, y tras describirse al detalle la brutal escena de su muerte, los restos del rey inglés recibirán una segunda sepultura en la Catedral de Leicester en marzo de 2015.


¿Quién fue Ricardo III?

  • Nació en 1452 en el Castillo de Fotheringhay en Northamptonshire.
  • Fue coronado en la Abadía de Westminster en 1483.
  • Tuvo uno de los reinados más cortos de la historia británica: duró 26 meses.
  • Fue el último rey inglés que murió en plena batalla, en Bosworth, en 1485.
  • La muerte del rey fue la culminación de una larga guerra por el trono que duró tres décadas.
  • Ese fue el final de la dinastía del clan Plantagenet, tras tres siglos de dominio, y el comienzo de los Tudor.

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El rostro de Ricardo III según la reconstrucción facial.


Fuente: lanacion.com

MURIÓ CHINA ZORRILLA,
LA GRAN DAMA DE LA ESCENA RIOPLATENSE

Adorada de igual modo por la elite cultural y por los sectores populares, fue una primera figura del cine, el teatro y la televisión
"China" Zorrilla murió a los 92 años  Foto: LA NACION / Archivo
En 2009 recibió el premio Estrella de Mar de oro.   Foto: LA NACIÓN  / Archivo


Por Pablo Gorlero

Te gustan los perros?... Si no te gustan los perros no entrás a esta casa -decía y reía-. ¿Te gustan los chocolates? Si no te gustan los chocolates no entrás a esta casa -y lanzaba otra carcajada-". Así te podía recibir China en su casa. La tía de todos, la abuela de todos. Te miraba a los ojos con toda la ternura junta y sonreía. Tenía esas sonrisas que saben abrazar y besar al mismo tiempo. Dulce, sabia, divertida, altruista y talentosa, China te enamoraba. Desde ayer, ya no está más físicamente, pero nos dejó tanto...
En esas charlas que solíamos tener con ella quienes deambulamos por el ámbito teatral solían circular anécdotas de todo tipo. Desde aquellas de difícil comprobación hasta esas otras que uno intuye tan verdaderas como ella misma. Sea como sea, esas historias de encuentros con colegas hiperfamosos o aquellos relatos "tras bambalinas" eran deliciosos. China fue una trovadora única a quien le encantaba hablar. Podía pasar horas charlando con cualquier persona y convertía sus experiencias de vida en agradables anécdotas, donde predominaba esa mirada pícara que ella volcaba con mucho humor. Sus allegados saben muy bien cuánto había que esperarla cuando salía de un teatro.
Para ella nada era tan trágico ni nada tan dramático. "Qué tal, China", la saludamos, luego de un ensayo. "Desde la última vez que me viste, con una vesícula menos", respondió con una aparente seriedad que luego daba paso a una gran sonrisa. Esa era China y así será recordada, como un ser entrañable y, como sucede con algunos elegidos, irreemplazable.

Una escena memorable de Esperando la Carroza, junto a Betiana Blum  Foto: Archivo
Una escena memorable de Esperando la Carroza, junto a Betiana Blum  Foto: Archivo

Expresar lo que fue China Zorrilla sería extenso e inacabable, no sólo por lo que representó artísticamente (actriz, directora, traductora, adaptadora), sino por su calidad humana, que la hizo acreedora del afecto de sus colegas y de su público.
Fue una personalidad muy comprometida con la actividad teatral. Solía frecuentar las galerías del Parlamento, presenciando las sesiones donde se trataba la Ley Nacional del Teatro, y también se destacaba en las salas de teatro, donde acompañaba con su presencia el desarrollo artístico de las nuevas generaciones de actores y directores. Era de una generosidad sin límites. Cuando la entrevistaban en algún programa de mucho rating o en un medio masivo de comunicación, no sólo promocionaba lo suyo, sino que aprovechaba para hablar de todos aquellos espectáculos que había visto y necesitaban difusión. Muchos le deben su éxito a la "manija" que China Zorrilla les dio en algún comentario. A pesar de que era una actriz muy convocada por los empresarios y productores, siempre respaldó con fervor los reclamos del teatro independiente. No había lucha justa en la que China Zorrilla no se anotara.
Desde el punto de vista artístico, sería casi interminable registrar su presencia en los escenarios porteños y uruguayos, pero basta decir que fue una actriz muy dúctil y versátil tanto en la comedia como en el drama. De su largo historial nacional vale destacar dos producciones teatrales que le brindaron muchas satisfacciones: Eva y Victoria, de Mónica Ottino, y Camino a la Meca, de Athol Fugard. La primera fue una obra que la llevó a recorrer durante siete años los cuatro puntos cardinales del país. Recelosa de los aviones, se mostraba reacia a viajar, hasta que la producción decidió reciclar un gran ómnibus y transformarlo en una casa rodante. De esta manera, China terminaba una función y en la puerta del teatro estaba estacionada su "casa", que la llevaba por los caminos provinciales. "Sabés qué maravilla empezar un libro y poder terminarlo antes de llegar a destino", solía decir. Por su parte, con cinco años de representaciones, Camino a La Meca estuvo entre sus últimos trabajos, y pasó algo similar con un derrotero que incluyó giras y le deparó muchas distinciones.
Con Luisina Brando en una imagen tomada durante la obra Eva y Victoria  Foto: Archivo
Con Luisina Brando en una imagen tomada durante la obra Eva y Victoria  Foto: Archivo

Su vida y su obra

Concepción Zorrilla de San Martín Muñoz nació en Montevideo el 14 de marzo de 1922. Hija del notable escultor José Luis Zorrilla de San Martín (1891-1975) y de la argentina Guma Muñoz del Campo, nació en el seno de una familia patricia uruguaya. Su abuelo paterno fue el poeta de la patria, Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931). Fue la segunda de cinco hermanas por vía materna y fue pariente del prócer nacional uruguayo José Gervasio Artigas y del poeta argentino Estanislao del Campo.
Su debut en los escenarios se produjo en 1943, en el teatro independiente uruguayo, con La anunciación a María, de Paul Claudel, pero no iba a estar mucho tiempo en su país, ya que en 1946 obtuvo una beca del British Council para estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres, donde tomó cursos con figuras de la talla de Katina Patxinou, la gran trágica griega. Luego volvió a su ciudad natal y participó en más de 80 obras de teatro como primera actriz de la Comedia Nacional Uruguaya en el Teatro Solís de Montevideo. Tuvo la oportunidad de trabajar con Margarita Xirgu, que la dirigió en Bodas de sangre y Romeo y Julieta. En el teatro de repertorio se impuso como actriz dramática y como brillante comediante primero en la Comedia Nacional, el TCM (Teatro de la Ciudad de Montevideo) y luego en el teatro El Galpón, con obras de los más importantes dramaturgos internacionales.
Con Antonio Larreta en Una farsa en el castillo  Foto: Archivo
Con Antonio Larreta en Una farsa en el castillo  Foto: Archivo
En 1961 fundó el Teatro de la Ciudad de Montevideo (TCM) junto con Antonio Larreta y Enrique Guarnero, con cuyo elenco viajaría a Buenos Aires, París y Madrid. Produjo, tradujo, adaptó y dirigió diferentes obras de teatro y óperas. Entre otras múltiples actividades, se desempeñó como corresponsal del diario El País cubriendo el Festival de Cannes y otros eventos internacionales y como periodista y animadora de televisión en Uruguay.
A mediados de la década del sesenta hizo un paréntesis en su actividad teatral para establecerse durante cuatro años en Nueva York, donde trabajó como profesora de francés y secretaria de una agencia teatral.
En 1971 viajó a Buenos Aires para filmar su primera película, Un guapo del 900, dirigida por Lautaro Murúa, y luego La maffia, de Leopoldo Torre Nilsson. Al actuar en teatro con tres monólogos (Hola hola, 1, 2, 3) y Canciones para mirar, decidió instalarse definitivamente en Buenos Aires, donde desplegó una intensa carrera en cine, teatro y televisión, medio que le dio inmensa popularidad gracias a su participación en teleteatros con la autoría de Alberto Migré, especialmente Rolando Rivas, taxista, Piel naranja y Pobre diabla. Su estada en Buenos Aires coincidió con el advenimiento de la dictadura militar uruguaya, donde fue proscripta por las autoridades de facto. Entre sus últimos trabajos televisivos cabe mencionar Son amores, Los Roldán, Mujeres asesinas y Vidas robadas.
Fue una presencia constante en los últimos 35 años del teatro argentino cosechando éxitos con Fin de semana, en el monólogo Emily, Querido mentiroso, La voz humana, Encantada de conocerlo, Una margarita llamada Mercedes y en El diario privado de Adán y Eva, que representó en 1985 y nuevamente en 2007 junto a su gran amigo Carlos Perciavalle.
Junto a Carlos Perciavalle, en escena durante una función de El diario de Adán y Eva, en 1984  Foto: Archivo
Junto a Carlos Perciavalle, en escena durante una función de El diario de Adán y Eva, en 1984  Foto: Archivo
En 1995, en el Teatro Colón de Buenos Aires, China Zorrilla revivió el papel de recitante que Igor Stravinsky escribió para Ida Rubinstein y que Victoria Ocampo estrenó en 1936 en el teatro, dirigida por el propio Stravinsky: la ópera-ballet Perséphone, sobre textos de André Gide.
Desde 1971 hasta el presente ha participado en más de 50 películas dirigida por Leopoldo Torre Nilsson, Luis Puenzo, María Luisa Bemberg, Alejandro Doria, Marcos Carnevale, Oscar Barney Finn, Raúl de la Torre, Edgardo Cozarinsky, Adolfo Aristarain, Carlos Gallettini, Manuel Antín, André Melancon, Santiago Olves, Ricardo Wullicher, Juan José Jusid, Héctor Olivera, Fernando Ayala, Javier Torre, Sergio Renán y en el debut cinematográfico como director de Antonio Larreta. Su último trabajo en un largometraje fue en 2008, en Sangre del Pacífico, dirigida por Boy Olmi.

La actriz eligió festejar su cumpleaños número 90 sobre las tablas e interpretó textos para sus invitados  Foto: Archivo
La actriz eligió festejar su cumpleaños número 90 sobre las tablas e interpretó textos para sus invitados Foto: Archivo

No le faltaron honores y distinciones, que, curiosamente, empezaron a otorgarle tardíamente en su carrera. "La gente me quiere, pero no me premia", solía decir. Pero tarde o temprano llegó el reconocimiento, tanto nacional como internacional: Orden de Mayo del Gobierno de la República Argentina, Chevalier de la Legión de Honor del gobierno francés 2008, Orden de Gabriela Mistral del gobierno chileno, premiada por el Fondo Nacional de las Artes, Ciudadana Ilustre de Buenos Aires en 2004, Ciudadana Ilustre de Montevideo, Ciudadana Ilustre de Mar del Plata.
También fueron numerosos los premios que recibió por su actividad en el cine, en el teatro y en la TV, entre los que figuran varios Cóndor de Plata, Ace de Oro, Trinidad Guevara, Florencio Sánchez, María Guerrero, Hugo y Martín Fierro, entre otros, y no faltaron los que cosechó en festivales de cine de La Habana, Cuba, Moscú, Málaga y Chicago, por películas como Esperando la carroza, Darse cuenta, Besos en la frente, Conversaciones con mamá y Elsa y Fred.
Su último trabajo teatral fue el semimontado Las d'enfrente. Estuvo retirada durante los últimos dos años, cuando comenzó a apagarse. Murió ayer, en el hospital de la Asociación Española de Montevideo, a los 92 años. Había sido internada el domingo pasado por una neumonía. Algo muy importante le va a faltar al espectáculo rioplatense a partir de ahora. Queríamos tanto a China.


China Zorrilla, rodeada de las esculturas de su padre  Foto: Archivo
China Zorrilla, rodeada de las esculturas de su padre  Foto: Archivo


























Fuente: lanacion.com

SOBRE LAS MUJERES:
"SÍ HE SIDO UN DONJUÁN, FUE PARA PROTEGERME"

Del pánico por perder el amor de su madre a su naturaleza enamoradiza, las confesiones de Bioy, el hombre, a una cronista de La Nación.
Silvina Ocampo, quien mejor supo retenerlo  Foto: Archivo
Silvina Ocampo, quien mejor supo retenerlo. Foto: Archivo




Por Loreley Gafoglio



Simuló con sus manos trémulas sostener un artefacto, como el manubrio de una bicicleta. Lo acercó a mi pecho y me contó que su último cuento fantástico trataba sobre eso: sobre un joven que había inventado una máquina prodigiosa, capaz de traducir con fidelidad sensorial los padecimientos físicos de las personas. Las dolencias más extrañas -también los sentimientos- ya no serían enigmas para los doctores (ni para los amantes). Sin urgencias, en tono muy bajo, desahogó el cuento completo que, encriptado en su imaginación, no había sido aún volcado al papel. Adolfo Bioy Casares sonreía y me escrutaba. Compartíamos a solas su biblioteca, en el aristocrático y un poco venido a menos piso de Recoleta. Los libros de pared a pared, una ascética mesa para escribir, la novela de Leonardo Sciascia a medio leer, una ventana francesa abierta sobre Posadas, por donde se colaba el azote veraniego en 1995. El mismo recinto inspirador en el que junto a Borges habían parangonado al yogur con otros elixires mágicos y urdido los enigmas policíacos, las ironías desaforadas, la sorna agazapada de Isidro Parodi. También otras hipérboles, como en los cuentos de prosa ampulosa, casi indómita, de Bustos Domecq, con sus "enanos gigantescos" y otros "desatinos" cómplices.
Me había conducido su ama de llaves, Jovita, por ese pasillo de pintura descascarada hasta el ambiente donde Bioy esperaba a la nacion. De traje gris, ajado por el uso, me recibió con la cortesía de un dandy. La modestia y la paciencia con la que un premio Cervantes entregaba su tiempo a una periodista novata, deslumbrada por el discurso, me llenaron de asombro y redoblaron mi admiración. No hubo temas vedados, y las preguntas indiscretas, a veces osadas, sobre su intimidad deambularon por lo prosaico y lo sagrado: desde su desdén por el ajo y la cebolla, como respuesta a su añoranza de longevidad, capaz de "pagar cualquier precio" por ese enroque de vida, hasta sus padecimientos de infancia: el terror del desapego y hasta del abandono de una madre, en su recuerdo, a veces esquiva. Esa zozobra de dependencia infantil, la necesidad de amor y de contacto permanente de hijo único, sus escapadas para ir a su reencuentro a la salida del cine (un ámbito vedado para él, ya que "frente a la pantalla podría volverse pálido y gordo", según lo prevenía), y la angustia soterrada por no hallarla lo perseguían aún en su vejez, me confió. Igual que aquellas noches en las que se despertaba solo en un cuarto de hotel en París o en la casa de su abuela en Mar del Plata sin que ella, Marta Casares, estuviera a su lado. El (inconfesable) pánico a la soledad, a perder el amor de una madre, que cada tanto buscaba su espacio, podía resumir, me dijo, el porqué de su pasión por las mujeres. "Si he sido un donjuán, tal vez ha sido para protegerme de ellas. Como siempre quise estar de mujeres, debía arreglármelas para que no me hicieran sufrir. Si las engañaba con otras, descubrí una vez, ellas lo intuían e intentaban retenerme con todos los mimos. Debía ser yo el que se fuera y alternara con tres, para que una sola no se cansara de mí", me dijo, y esa revelación me dejó perpleja. Pero un Bioy herido en su virilidad por los años se consternaba: "Ahora me he vuelto invisible para ellas".
Gentleman al fin, de su boca no brotaban nombres -a pesar de que le pregunté quién había sido su gran amor, al margen de Silvina-. Fue en el restaurante Lola, cuando a la semana siguiente me invitó a almorzar, donde me reveló que, a diferencia de Borges, "que se entregaba demasiado y por eso las mujeres lo maltrataban", él había optado por el desapego. Aunque me confesó algunos grandes remordimiento por los dolores que le causó a Silvina. Era, tal vez, por su instinto de preservación afectiva, de alejar cualquier atisbo de sufrimiento o abandono -inferí-, que Bioy había resuelto que sería ella, Silvina, la encargada de retenerlo.
De su universo afectivo, mientras el mozo acercó dos platos de sorrentinos y agua, también me habló de su amor por los animales: de sus perros y sus caballos. De la repentina desaparición, un día, de su bulldog amado, Firpo, en la casa materna, y del silencio de su madre ante esa sospechosa ausencia. En sueños recurrentes, él se reencontraba con su can: "Firpo babeaba mucho y enloquecía y me buscaba por la casa cuando yo no estaba. Mi madre odiaba los perros y, especialmente, la baba en el piso de Firpo. Es evidente que se deshizo de él, pero nunca me lo dijo".
Por su movilidad un tanto restringida, caminamos del brazo por Recoleta y lo acompañé hasta la puerta de Posadas. "Esperá", me dijo. Se internó con Jovita en uno de los cuartos y volvió con un ejemplar de Dormir al sol, autografiado. Cuando lo hojeé en mi casa, además de la dedicatoria, había una nota suelta en la que me agradecía "el encantador almuerzo que habíamos compartido".
La última vez que lo vi fue también en Lola, un mes después. Mi audacia, aquella vez, me animó a invitarlo yo con otro almuerzo. "Acepto encantado, sos un amor", me dijo en el teléfono, incapaz de negarse ante cualquier pedido femenino que siempre lo halagaba.
Ahí, soportando mis insistentes preguntas, me habló de su naturaleza fatalmente enamoradiza, no siempre recíproca o destinada a mujeres reales. Mencionó un precoz arrobamiento con actrices de cine; con una cantante de tangos, Sofía Bozán, y el deslumbramiento -mucho más perdurable- con un personaje de ficción: la duquesa San Severina, en La Cartuja de Parma, de Stendhal. "La he soñado noche tras noche y llevo más de la mitad de mi vida conviviendo con ella", me confió. La eterna sonrisa de cortesía del escritor, esas formas humildes como atributos de un dandy, el tono calmo, moderado, del hombre que elige siempre la simpleza por sofisticación natural y se entrega a las conversaciones gratas, acompañaron una última revelación: "Muchos pensarán que en mi vida fueron las mujeres, pero yo les debo la felicidad a los libros".

El valor de un autor que no pasa de moda

En estos días, Emecé reedita a Adolfo Bioy Casares con estética pop y la idea de acercarlo a los lectores jóvenes. Un autor cuya relevancia resume en tres puntos Alberto Díaz, editor de su obra en Planeta.

Premio Cervantes

Bioy es uno de los cuatro escritores argentinos que recibió, en 1990, el premio consagratorio para la lengua castellana: Borges, Sabato y Juan Gelman, los otros tres. Junto con Cortázar, los autores más reconocidos de nuestras letras.

60 años de obra

Comenzó en 1940 con La invención de Morel y siguió hasta 1999; fue llevada al cine y traducida a decenas de lenguas. Tras su muerte se publicaron parte de sus diarios. Borges (2006) fue un fenómeno de ventas.

Vigencia

Es un long seller, venta continua todos los años en el país: 60 mil ejemplares, más mil packs de tres libros de su Obra Completa. Más un 40% de estas cifras, en América y España.

Fuente. lanacion.com