HALLARON LOS RESTOS DEL MÍTICO PUERTO
DEL QUE ZARPÓ COLÓN

Investigación arqueológica en Huelva
 
Desde allí partió el marinero genovés el 3 de agosto de 1492 en busca de América.

Fue plataforma clave para el quiebre de la historia y el renacer de Occidente. Pero al Puerto de Palos original se lo tragó la historia. Ahora, las autoridades de Palos de la Frontera, en la provincia española de Huelva (región de Andalucía, al sur del país), confirmaron que se hallaron restos arqueológicos del mítico lugar desde el que partió Cristóbal Colón en busca de América, el 3 de agosto de 1492.
Allí fueron encontrados vestigios de tipo artesanal y pesquero, marcando con exactitud los lugares desde los que zarparon las carabelas Santa María, La Pinta y La Niña. El hallazgo se produjo después de dos meses de excavaciones realizadas por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Huelva, dirigido por el catedrático Juan Manuel Campos. Era “un puerto natural, a salvo de los vientos y alejado de las corrientes y muy económico, porque permitía sin mucho trasiego la carga y descarga de mercancías”, afirmó Campos. De carácter internacional y próspero, con salida al Océano Atlántico por el río Tinto, tuvo su brillo entre la segunda mitad del siglo XV y principios del siglo XVI. Contaba con suficiente calado natural para naves de envergadura.
En el complejo redescubierto se encontró un alfar con siete hornos, donde se cocían objetos en barro, y la alota, un edificio portuario de unos 800 metros con habitación dedicada a la aduana, un almacén donde se subastaban mercancías y dependencias para que los marineros comieran y pudieran dormir.
“Hemos encontrado cerámicas que proceden del triángulo Génova-Pisa-Savona, un sector alfarero de Italia; incluso tenemos piezas que venían de La Vega de Sevilla, que era un centro alfarero por excelencia y que, si vinieron a este lugar, es porque desde aquí se redistribuían a otros sitios”, explicó Campos.
El puerto de Palos estaba compuesto también por un astillero, en donde se construyó la carabela La Pinta, nave que fue contratada para la expedición con el auspicio de Martín Alonso Pinzón, ilustre marinero. Pero aún no se encontraron huellas para determinar el lugar exacto de ese astillero.
El equipo de investigación planea realizar una recreación virtual de lo que fue aquel puerto. El Ayuntamiento de Palos de la Frontera quiere, una vez que concluyan los trabajos, llevar a este lugar recreaciones de las tres carabelas “para ser fieles a la historia”, tal como dijo el alcalde, Carmelo Romero, pensando un futuro polo de atracción turística. Hasta hoy, la ciudad lleva una vida provinciana y tranquila, con el ritmo que marcan sus 10 mil habitantes.
Por el momento, de la época en que partió Colón solamente se mantenían en pie restos de la Fontanilla, una fuente de agua pública que, según la tradición, le sirvió al marinero genovés para aprovisionarse de agua para la expedición, y de la iglesia San Jorge Mártir, en donde se congregaban los marineros para elevar sus plegarias antes de embarcar. También existen ruinas del Castillo de Palos, protegido como patrimonio arqueológico español.
Los esfuerzos por recuperar el puerto de Palos original comenzaron en 1908, cuando el entonces cónsul argentino Enrique Martínez Ituño, afincado en la localidad, le dio impulso a la idea de restaurar la estructura original. Pero los problemas financieros y burocráticos suspendieron los proyectos en sucesivas ocasiones.
Hasta ahora, los denominados “lugares colombinos” tenían una participación modesta en el itinerario turístico español, con restos de edificaciones en los poblados de Palos, La Rábida y Moguer, todos en Huelva, que evocaban los preparativos del almirante genovés meses antes de zarpar al descubrimiento de un “mundo nuevo”.


Fuente: clarin.com

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