UNA MUESTRA CELEBRA A EL GRECO

A las obras del pintor se suman las de maestros españoles de su época y las de artistas argentinos contemporáneos.
Obra estrella. “Las lágrimas de San Pedro” fue prestada por el Museo El Greco de Toledo.
Por Julieta Roffo

En medio de una celebración mundial, hoy el Museo Nacional de Bellas Artes abre la muestra El Greco y la pintura de lo imposible. 400 años después, que expondrá 22 obras entre las que destacan tres de Doménico Theotocópuli, el griego que revolucionó el arte español en los siglos XVI y XVII. Con la excusa del cuarto centenario del artista, podrán verse Jesús en el huerto de los olivos, que pertenece al Bellas Artes desde 1936, Jesús con la Cruz a cuestas, del Museo Nacional de Arte Decorativo, y Las lágrimas de San Pedro, obra prestada por el Museo El Greco de Toledo.
“El trabajo con la luz, los contrastes y el color son algunos de los grandes aportes de El Greco a la Historia del Arte”, dice María Florencia Galesio, curadora de la muestra, y agrega: “Además, introdujo en España el trabajo sistemático en el taller, algo que aprendió en Italia. En sus años, había gran demanda de pintura religiosa y la atendió a través del taller”.
La religión es justamente el tema que atraviesa las tres obras que van exhibirse del artista nacido en 1541 en Creta y afincado en Toledo después: esa ciudad española atesora buena parte de su trabajo, como El entierro del Conde de Orgaz, una de sus pinturas más emblemáticas. “El Greco entendía que la pintura permitía la plasmación de lo imposible, como epifanías, encarnaciones o milagros”, detalló el Bellas Artes en un comunicado. Según explica la curadora, las tres obras van a estar acompañadas por otras de artistas contemporáneos a El Greco, como Luis de Morales, Francisco Pacheco y Mateo Cerezo, y con trabajos de artistas de la “Generación del 98” que a fines del siglo XIX en España revalorizaron la figura del maestro griego.
El arte argentino también tendrá lugar: habrá una instalación de Luciana Rondolini en la que juega con los reflejos, y pinturas de Daniel García y Román Vitali. “Tratamos de que los contemporáneos dialogaran con los temas de El Greco, como García, que trabajó con las laceraciones en el cuerpo, o Vitali, por su tratamiento de la luz”, explica Galesio.
La “figurita difícil” de la muestra será Las lágrimas de San Pedro, una pintura de entre 1587 y 1596, y también habrá reencuentros notables: Jesús en el huerto con olivos y Jesús con la Cruz a cuestas no se exponen en el mismo espacio hace casi 50 años, y la obra de Francisco Pacheco, del Bellas Artes, no es exhibida desde los años 30. Rescate emotivo, que le dicen.


Fuente: Revista Ñ Clarín

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