ENCUENTRAN LA "MAGDALENA" PERDIDA DE CARAVAGGIO

Una de las mayores expertas en el artista halla la obra en una colección privada
La 'Magdalena en éxtasis' de Caravaggio. / LA REPUBBLICA

“Por fin, es ella”. Con estas palabras, Mina Gregori dio la búsqueda por cerrada, según La Repubblica. Ante los ojos de una de las principales expertas en Caravaggio de Italia se hallaba una de las pinturas perdidas del maestro: la Magdalena en extasis, la que llevaba consigo, junto con dos obras más, a bordo del barco que le condujo a Porto Ercole, donde falleció. La estudiosa la halló en una colección europea, según añade el diario italiano sin ofrecer más detalles, ya que la familia a la que pertenece ha pedido permanecer en el anonimato y no ha querido aclarar si algún día dejará que se exponga.
De este cuadro hay varias versiones por el mundo. Sin embargo, una sola es auténtica. Y, teniendo en cuenta la cantidad de atribuciones falsas que se asocian al nombre del artista italiano, el anuncio obligaría cuando menos a la sospecha. Hay, aún así, varios elementos que permiten confiar en la tesis de La Repubblica.
Ante todo, la propia Gregori es alumna de Roberto Longhi, considerado el estudioso por excelencia de Caravaggio. Ella misma asegura al diario italiano estar segura al 100%: "El cuerpo y sus tonalidades variadas, la intensidad del rostro, las muñecas fuertes y las manos de tonos lívidos con admirables variaciones de color y luz y con la sombra que oscurece la mitad de los dedos son los aspectos más interesantes de la pintura. Es Caravaggio”. Además, hay otra pista, esta vez detrás del óleo.
Un papelito colocado en la parte trasera de la obra, con grafía atribuible a la época del maestro italiano según La Repubblica, hace referencia al propio Caravaggio y a una obra que sería guardada en el barrio de Chiaia, en Nápoles, e iría en “beneficio del Cardenal Borghese de Roma”. Se trata, según Gregori, del detalle definitivo que permite atribuir la obra a Merisi. Pero, ¿por qué?
A 11 días del fallecimiento de Caravaggio, el 18 de julio de 1610, el obispo de Caserta, Diodato Gentile, envió una carta al cardenal Scipione Borghese, coleccionista y protector del artista. En la misiva, que sufrió un destino parecido al óleo y solo reapareció en 1994, el obispo informaba de la muerte de Merisi. De ahí que las obras que este llevaba consigo acabaran en las manos de Costanza Colonna, marquesa amiga de Caravaggio que vivía en Nápoles, en el barrio de Chiaia, y fue la encargada de cuidar de ellas a la espera de devolvérselas al cardenal.
La misión, evidentemente, no dio los resultados esperados. El San Juan que hoy todavía se expone en la galería Borghese sí llegó al destino final. La Magdalena y otro San Juan desaparecieron. Por lo menos, la primera ha vuelto.



Fuente: elpais.com

CAVAR UN FOSO POR ADOLFO BIOY CASARES

   Adolfo Bioy Casares por Sara Facio

"Dos años antes, en una pensión de Necochea, donde veraneaban —ella con sus padres, él solo—, se habían conocido. Desearon casarse, no volver a la rutina de escritorios de Buenos Aires y soñaron con ser los dueños de una hostería, en algún paraje apartado, sobre los acantilados, frente al mar. Empezando por el casamiento, nada era posible, pues no tenían dinero. Una tarde que paseaban en ómnibus por los acantilados vieron una solitaria casa de ladrillos rojos y techo de pizarra, a un lado del camino, rodeada de pinos, frente al mar, con un letrero casi oculto entre los ligustros: ideal para hostería. se vende. Dijeron que aquello parecía un sueño y, realmente, como si hubieran entrado en un sueño, desde ese momento las dificultades desaparecieron.
Esa misma noche, en uno de los dos bancos de la vereda, a la puerta de la pensión, conocieron a un benévolo señor a quien refirieron sus descabellados proyectos. El señor conocía a otro señor, dispuesto a prestar dinero en hipoteca, si los muchachos le reconocían parte de las ganancias. En resumen, se casaron, abrieron la hostería, luego, eso sí, de borrar de la insignia las palabras «El Candil» y de escribir el nombre nuevo: «La Soñada».
Hay quienes pretenden que tales cambios de nombre traen mala suerte, pero la verdad es que el lugar quedaba a trasmano, estaba quizá mejor elegido para una hostería de novela —como la imaginada por estos muchachos— que para recibir parroquianos. Julia y Arévalo advirtieron por fin que nunca juntarían dinero para pagar, además de los impuestos, la deuda al prestamista, que los intereses vertiginosamente aumentaban.
Con la espléndida vehemencia de la juventud rechazaban la idea de perder La Soñada y de volver a Buenos Aires, cada uno al brete de su oficina. Porque todo había salido bien, que ahora saliera mal les parecía un ensañamiento del destino. Día a día estaban más pobres, más enamorados, más contentos de vivir en aquel lugar, más temerosos de perderlo, hasta que llegó, como un ángel disfrazado, mandado por el cielo para probarlos, o como un médico prodigioso, con la panacea infalible en la maleta, la señora que en el piso alto se desvestía, junto a la vaporosa bañadera donde caía a borbotones el agua caliente.
Un rato antes, en el solitario salón, cara a cara, en una de las mesitas que en vano esperaban a los parroquianos, examinaron los libros y se hundieron en una conversación desalentadora.
—Por más que demos vuelta los papeles —había dicho Arévalo, que se cansaba pronto— no vamos a encontrar plata. La fecha de pago se viene encima.
—No hay que darse por vencido —había replicado Julia.
—No es cuestión de darse por vencido, pero tampoco de imaginar que hablando haremos milagros. ¿Qué solución queda? ¿Carlitas de propaganda a Necochea y a Miramar? Las últimas nos costaron sus buenos pesos. ¿Con qué resultado? El grupo de señoras que vino una tarde a tomar el té y nos discutió la adición.
—¿Tu solución es darse por vencido y volver a Buenos Aires?
—En cualquier parte seremos felices.
Julia le dijo que «las frases la enfermaban»; que en Buenos Aires ninguna tarde, salvo en los fines de semana, estarían juntos; que en tales condiciones no sabía por qué serían felices, y que además, en la oficina donde él trabajaría, seguramente habría mujeres.
—A la larga te gustará la menos fea —concluyó.
—Qué falta de confianza —dijo él.
—¿Falta de confianza? Todo lo contrario. Un hombre y una mujer que pasan los días bajo el mismo techo, acaban en la misma cama. Cerrando con fastidio un cuaderno negro, Arévalo respondió:
—Yo no quiero volver, ¿qué más quiero que vivir aquí?, pero si no aparece un ángel con una valija llena de plata…
—¿Qué es eso? —preguntó Julia.
Dos luces amarillas y paralelas vertiginosamente cruzaron el salón. Luego se oyó el motor de un automóvil y muy pronto apareció una señora, que llevaba el chambergo desbordado por mechones grises, la capa de viaje algo ladeada y, bien empuñada en la mano derecha, una valija. Los miró, sonrió, como si los conociera.
—¿Tienen un cuarto? —inquirió—. ¿Pueden alquilarme un cuarto? Por la noche, nomás. Comer no quiero, pero un cuarto para dormir y si fuera posible un baño bien calentito…
Porque le dijeron que sí, la señora, embelesada, repetía:
—Gracias, gracias.
Por último emprendió una explicación, con palabra fácil, con nerviosidad, con ese tono un poco irreal que adoptan las señoras ricas en las reuniones mundanas.
—A la salida de no sé qué pueblo —dijo— me desorienté. Doblé a la izquierda, estoy segura, cuando tenía que doblar a la derecha, estoy segura. Aquí me tienen ahora, cerca de Miramar ¿no es verdad?, cuando me esperan en el hotel de Necochea. Pero ¿quieren que les diga una cosa? Estoy contenta, porque los veo tan jóvenes y tan lindos (sí, tan lindos, puedo decirlo, porque soy una vieja) que me inspiran confianza. Para tranquilizarme del todo quiero contarles cuanto antes un secreto: tuve miedo, porque era de noche y yo andaba perdida, con un montón de plata en la valija, y hoy en día la matan a uno de lo más barato. Mañana a la hora del almuerzo quiero estar en Necochea. ¿Ustedes creen que llego a tiempo? Porque a las tres de la tarde sacan a remate una casa, la casa que quiero comprar, desde que la vi, sobre el camino de la costa, en lo alto, con vista al mar, un sueño, el sueño de mi vida.
—Yo acompaño arriba a la señora, a su cuarto —dijo Julia—. Tú cargas la caldera.
Pocos minutos después, cuando se encontraron en el salón, de nuevo solos, Arévalo comentó:
—Ojalá que mañana compre la casa. Pobre vieja, tiene los mismos gustos que nosotros.
—Te prevengo que no voy a enternecerme —contestó Julia, y echó a reír—. Cuando llega la gran oportunidad, no hay que perderla.
—¿Qué oportunidad llegó? —preguntó Arévalo, fingiendo no entender.
—El ángel de la valija —dijo Julia. Como si de pronto no se conocieran, se miraron gravemente, en silencio. Arriba crujieron los tablones del piso: la señora andaba por el cuarto. Julia prosiguió—: La señora iba a Necochea, se perdió, en este momento podría estar en cualquier parte. Sólo tú y yo sabemos que está aquí."

Adolfo Bioy Casares

Fragmento de "Cavar un foso"


Fuente: sara facio fotografías

ARTE EN EL CIELO


ARTE EN EL CIELO. Los surfistas caminan bajo la instalación realizada por el artista argentino Alejandro Propato llamado “Amanecer permanente” en Tamarama Beach de Sydney, Australia. Artistas de 16 países preparar sus trabajos para la próxima muestra de arte en el mar. (AFP)

Los surfistas caminan bajo la instalación realizada por el artista argentino Alejandro Propato llamado “Amanecer permanente” en Tamarama Beach de Sydney, Australia. Artistas de 16 países preparan sus trabajos para la próxima muestra de arte en el mar.

Foto: AFP

UN LUIS FELIPE NOÉ SIGLO XXI

YUYO. A los 81 años, el gran pintor Luis Felipe  Noé sigue tan inquieto como siempre. Es un querido referente histórico de nuestro arte, integrante del grupo Nueva Figuración, inaugura su nueva exposición llamada Noé siglo XXI porque son todas obras producidas en los últimos 14 años. (David Fernández)

YUYO. A los 81 años, el gran pintor Luis Felipe Noé sigue tan inquieto como siempre.

Es un querido referente histórico de nuestro arte, integrante del grupo Nueva Figuración. Inaugura su nueva exposición llamada Noé siglo XXI porque son todas obras producidas en los últimos 14 años.



Foto: David Fernández

LOS EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS ABRIERON SUS PUERTAS
Y 18 MIL VECINOS SE ASOMARON A MIRAR

Patrimonio: joyas de la arquitectura porteña.Arrancó la segunda edición de Open House, el festival que invita a conocer 80 lugares que suelen estar cerrados al público. Ayer se agotaron los cupos y hoy se repite la experiencia.
Visitantes. El patio del pasaje que nació como caballeriza de una comisaría. / Martín Bonetto


Visitantes. El patio del pasaje que nació como caballeriza de una comisaría. / Martín Bonetto


La búsqueda del tesoro está en marcha. Las joyas a descubrir son piezas únicas de la arquitectura de la Ciudad, ya sea por su valor patrimonial o histórico o por su estilo. Entre ayer y hoy, hay 80 edificios para recorrer, 400 voluntarios para mostrarlos y 18.000 personas ávidas por conocer lugares a los que, generalmente, no se puede acceder. De eso se trata la segunda edición del Buenos Aires Open House, el festival de arquitectura que se desarrolla este fin de semana y que apela a la curiosidad de la gente por conocer “la casa de otro”.
“Este evento no está orientado sólo a arquitectos, sino a quienes pasan por la puerta de un edificio y no se imaginan qué hay adentro”, explica Santiago Chibán, integrante de Cohabitar Urbano, el grupo que organiza el evento.
El festival propone redescubrir edificios públicos, como el Teatro Colón o la Biblioteca Nacional. O entrar a otros semipúblicos, como el hotel NH City, en Bolívar 160, una construcción de 1931 de estilo art decó con influencia neogótica. Pero, por sobre todo, Open House invita a conocer la intimidad de viviendas privadas.
Para participar, el público tuvo que inscribirse en un registro con 18.000 cupos, que se agotaron con rapidez. Hoy se pueden visitar sin inscripción el Centro Metropolitano de Diseño CMD (Algarrobo 1041, de 10 a 14 y de 15 a 19), la Usina del Arte (Caffarena 1, de 11 a 17), la Manzana de las Luces (Perú 272, de 15 a 19), la Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575, a las 15 y a las 16), el Palacio Municipal (Bolívar 1, a las 15 y a las 16). Además, desde el Museo de Arquitectura (Libertador 999)), partirán recorridos guiados en bicicleta a las 12, a las 14 y a las 16. Mientras, entre las 11 y las 18 habrá artistas callejeros pintando los muros del hospital Pirovano, sobre las calles Roque Pérez, Rivera y Melián.


Fuente: clarin.com

CON JUANITO Y RAMONA, VUELVE ANTONIO BERNI
Y NOS HABLA DEL PRESENTE

Una muestra del gran maestro rosarino abre el viernes.
Sus personajes del chico pobre y la prostituta no perdieron vigencia

La gran tentación o la gran ilusión. De 1962
La gran tentación o la gran ilusión. De 1962

Llegaron los monstruos, gigantes hechos de cartón, madera, metal y basura. Ellos asustan y se comen a Ramona -prostituta pobre primero, sofisticada después- con sus enormes bocas llenas de dientes filosos creados de chapas oxidadas y clavos. En sus pesadillas, Ramona –el personaje mítico creado por el gran artista Antonio Berni- sueña, cuando se descuida, cuando baja la guardia, que los monstruos la devoran. A su lado, Juanito –el pequeño niño de la villa pobre “pero no el pobre niño”, detalló Berni en su momento- juega en cuadros enormes con sus barriletes, trapos y perros a la vera del Riachuelo contaminado: un riachuelo de brea. Los cuadros están hechos directamente sobre paredes de casillas de la villa, tienen la escala de esas casas. Señores, estos son los dos personajes emblemáticos de Berni y esta es la exposición más grande jamás organizada sobre ellos. Y es impresionante: porque nos muestra a nosotros mismos, la realidad que nos rodea. Y además comprueba que desde los 60 –los años en que Berni creó estas series- muy pocas cosas han cambiado: la situación sólo se profundizó.

Antonio Berni: Juanito y Ramona abre al público este jueves en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). Fue co-producida por el Museo de Bellas Artes de Houston (Estados Unidos), espacio donde se exhibió el año pasado.
Ramona en la calle. 1964..
Ramona en la calle. 1964.

Y promete ser una muestra histórica: porque trata sobre la historia de nuestros niños y mujeres pobres pero también sobre todas las situaciones marginales, injustas y de pobreza que existen en el mundo. Hay que notar cómo expone esas situaciones ese gran innovador y genio que fue Antonio Berni, completamente reconocido en nuestro país pero una figura a la que todavía le falta conquistar al público mundial. Esta gran exposición –fruto de 3 años de investigaciones- puede ayudar a eso: a situarlo definitivamente en un contexto internacional.
Curada por la puertorriqueña Maricarmen Ramírez –del museo de Houston y una de las más inteligentes y poderosas curadores especializadas en arte latinoamericano- en conjunto con Marcelo Pacheco –ex curador del MALBA- la exposición reúne 150 obras que abarcan la trayectoria de Berni de 1958 a 1978 (casi hasta su muerte, en 1981).
Hay pinturas bidimensionales, los famosos grabados con relieve de Berni, que muestran una técnica innovadora: en la matriz, la base desde la que se hacen los grabados, Berni pegaba directamente trozos de metal, chapas, tuercas; con ellos ganó el Gran Premio de Grabado en la Bienal Internacional de Venecia de 1962 y fue el primer artista argentino en lograr un premio allí.
Ramona levanta pesas. 1963.
Ramona levanta pesas. 1963.

Hay xilocollages y xilocollages-relieves –aún todavía más innovadores que los anteriores, en ellos Berni armaba la matriz con yeso y esculpía allí con las gubias, para lograr luego en la copia, en el grabado, un efecto volumétrico muy fuerte, prácticamente escultórico. Esto se ve clarísimo en la exposición porque ¡Oh, gran-sorpresa-gran! ¡Se exhiben las matrices originales! También hay presentados ensamblajes y construcciones polimatéricas, como las complejas construcciones de los monstruos.

El mundo prometido a Juanito Laguna. Una obra de 1962
El mundo prometido a Juanito Laguna. Una obra de 1962

Hay que fijarse dos cosas fundamentales en la obra de Berni, relacionadas directamente con la elección de una fuerte temática social. Una es el uso de materiales atípicos (basura, ruedas, chapas) en forma de ensamblaje en sus pinturas y esculturas, que refuerzan el sentido de lo que quiere decir: Pacheco dirá que “el uso del collage y del ensamblado puso aún más en juego el problema de “lo real real”. Y, por otro lado, el especial uso de la narración que hace Berni: él cuenta la historia de sus personajes, los sigue en el tiempo, hace una Figuración Narrativa (algo innovador en los años 60 en pintura).
Desde allí, desde estas historias contadas con metal, raíces, óxido y cartón, Berni criticará el mundo sin ningún pudor, sin ninguna vergüenza, con la fuerza poderosa de todos los materiales existentes a la vista. Con un enorme compromiso social e interior.

Ramona, vida de una prostituta

Uno de los personajes de Antonio Berni.

Mercedes Pérez Bergliaffa

Ramona se esforzó por ser costurera pero la plata no le alcanzaba. Entonces la prostitución fue la solución que encontró. Berni la pintó –y sobre todo la retrató en sus maravillosos xilo-collages relieves- momento a momento, mostrando toda su evolución: una Ramona niña, luego convertida en una prostituta burda y más tarde en una más sofisticada y amiga del poder.
Adelantándose a su tiempo, en los 70 el pintor deja señales en los cuadros: cómo se coloca a la mujer en el lugar de una especie de objeto, se le pide que use corpiños X para agrandar sus senos, que sea sexy…
La televisión –muy presente en estas obras de Ramona- será una influencia fuertísima en la construcción de la imagen femenina, y aparecerá siempre muy cerca de las Ramonas, algunas hechas de brillos, otras muy opacas y solitarias, construidas con yeso y papel.

Juanito: el mundo prometido está lejos

Uno de los personajes de Antonio Berni.

Juanito (1978). En el conurbano
Juanito (1978). En el conurbano.

Berni lo pintó en los 60 pero podría haber sido pintado ahora: jugando sentado en medio del barro o en un bote en el Riachuelo.

Juanito –siempre con una cara distinta, Juanito no tiene un rostro específico, Juanito es un arquetipo- mira hacia el cielo y ve pasar una nave. La carrera espacial está comenzando pero para él la realidad es otra: llevarle la comida al mediodía a su padre –laburante de una fábrica-, compartir el pan dulce de Navidad con la familia y los perros dentro de la casilla donde todos convivían; emigrar de la villa con una pequeña bolsa al hombro –todas sus pertenencias-, cuando hiciera falta.
Juanito juega con aviones de juguete y sueña con volar. Lo rodean latas de gaseosas, publicidades prometiendo viajes, playas, relojes, ropa… La sociedad de consumo post-industrial lo rodea: en lo más hondo del conurbano.
Berni usa directamente las chapas de esas publicidades y las atornilla en sus pinturas: con ellas arma al niño, un Juanito pobre, lleno de señales y contradicciones. El mundo prometido queda lejos, muy lejos.



Fuente: clarin.com

DISPUTA SOBRE ARTE DE VÍCTIMAS DEL NAZISMO

Christie's y Sotheby's difieren sobre el manejo de dos obras de Schiele
"Mujer sentada con la pierna izquierda doblada" de Egon Schiele. Foto Sotheby's
Por PATRICIA COHEN y GRAHAM BOWLEY  
The New York Times

Las similitudes entre dos obras de arte que se subastarán el próximo mes por Christie y Sotheby en Nueva York son sorprendentes. Ambos fueron creados por el expresionista austríaco Egon Schiele. Y tanto una vez perteneció a Fritz Grünbaum, un artista de cabaret vienés cuya gran colección de arte fue inventariada por agentes nazis después de que fuera enviado al campo de concentración de Dachau, donde murió.
Pero también hay una diferencia notable en la forma en que las casas están manejando las ventas.
Christie's vende la acuarela "Ciudad en el Río Azul," de Schiele, de 1910, el 5 de noviembre, en relación con un acuerdo de restitución de que trata el trabajo como arte saqueado y ofrece una indemnización a los herederos de Grünbaum.
Sotheby 's está vendiendo un gouache y lápiz de trabajo de 1917, "Mujer sentada con la pierna izquierda doblada," el 4 de noviembre en un arreglo que no compensa a la familia. La casa de subastas se apoya en sentencias de los tribunales federales de Estados Unidos que se ha encontrado la familia esperó demasiado tiempo para presentar su reclamación y que no había pruebas suficientes para concluir "Mujer sentada" había sido robado.
"El tribunal fue muy claro al considerar que las obras no fueron saqueadas", dijo Jonathan A. Olsoff, el abogado de Sotheby's y experto en casos de restitución.
La historia de estas dos obras con una historia compartida ilustra cómo, incluso 70 años después de la guerra, los expertos del mercado internacional de arte pueden estar en desacuerdo sustancial acerca de cómo manejar la venta de obras de arte que alguna vez fueron propiedad de judíos en Europa durante la época nazi.
"La falta de normas es uno de los mayores problemas que tenemos", dijo Thomas Kline, un abogado de Washington que se especializa en la recuperación de obras de arte robadas y bienes culturales. El resultado, agregó, es a menudo "la ruleta restitución."
Las dificultades se vuelven particularmente agudas en casos como el de Grünbaum, donde hay versiones contradictorias, grandes lagunas en los registros y las diferentes nociones de lo que constituye una solución justa.
Al igual, varios museos de Sotheby propietarias de Schiele una vez en la colección de Grünbaum, incluyendo el Instituto de Arte de Chicago y el Museo de Arte Moderno, dicen que han investigado la procedencia y que ellos también están convencidos de que sus obras no fueron saqueadas. Al mismo tiempo, la familia se ha ganado el apoyo de expertos en el arte de restitución, y ha enumerado la colección con la base de datos de arte perdido de Internet, que está dirigida por el gobierno alemán.
"Estos problemas se complican extraordinariamente porque no hay reglas fijas y que no saben sin duda lo que pasó en muchos casos", dijo Mónica Dugot, directora internacional de la restitución en Christie's. "Tenemos que estar en una posición en la que podemos estar seguros de que podemos transmitir buen título a las obras en nuestras ventas."

La estrella de cabaret Fritz Grünbaum alrededor de 1925. Foto: Imagno / Getty Images

En los últimos años, han sido elogiados tanto de Christie's y Sotheby's por su diligencia en la investigación de la procedencia y sus esfuerzos para organizar los asentamientos de restitución con herederos de arte saqueado. Pero hace décadas, ambos venden pinturas que pertenecieron a Grünbaum sin tales acuerdos.
La acuarela que Sotheby's está ofreciendo el próximo mes se vendió en una subasta en Londres en 2005. El propietario, David Bakalar, compró a una galería de Nueva York por  4.300 dólares en 1963, pero la venta de 2005 fue cancelada cuando los herederos de Grünbaum, Leon Fisher y Milos Vavra, afirmaron que había sido saqueada.
Para los próximos ocho años, la acuarela fue atado en litigio y las dos casas de subastas se mantuvieron alejadas de las obras que alguna vez fueron propiedad de Grünbaum por la preocupación de que cualquier venta podría ser impugnada. Ahora ambas cámaras dicen que tomarán decisiones caso por caso.
El debate sobre las obras de Grünbaum se ha centrado en gran medida en si se le debe creer a un marchand de arte suizo que dijo que le compró docenas de obras de Schiele a la cuñada de Grünbaum. Grünbaum tenía unas 450 obras, entre ellas 81 de Schiele, cuando su colección fue inventariada por agentes nazis en 1938, apenas unos meses después de que Grünbaum, un cómico famoso conocido por sus púas sobre el Tercer Reich, fuera enviado a Dachau.
Es imposible saber si la "Ciudad" y "Mujer asentada" fueron algunos de esos trabajos. Ni se las nombra específicamente en el inventario, que señala sólo en un resumen que la colección incluye docenas de obras de colores, dibujos y grabados. A continuación, la caché de arte fue trasladada a un depósito de almacenamiento en Viena. Grünbaum murió en 1941, y su esposa, Elisabeth, murió en 1942, en un campo de concentración en Minsk.

La colección de arte de Grünbaum incluyó este Schiele, "Ciudad en el Río Azul," de 1910. Foto Christie's

La próxima vez que cualquiera de las obras de la colección de Grünbaum aparecieron en el mercado del arte estaba en la década de 1950, cuando el comerciante suizo, Eberhard Kornfeld, vendió algunos. Sr. Kornfeld más tarde dijo que los había comprado a la hermana de Elisabeth Grünbaum, Mathilde Lukács-Herzl, quien murió en 1979. El Sr. Kornfeld producido correspondencia con la señora Lukács-Herzl, timbres fiscales y otra documentación que respalde su cuenta.
Jonathan Petropoulos, el ex director de investigación técnica para la Comisión Asesora Presidencial sobre los Activos del Holocausto en los Estados Unidos, ha tildado de sospechosa a la historia del Sr. Kornfeld, en parte debido a que los documentos llevan variadas formas de escribir el nombre de "Matilde" en las firmas a lápiz y porque lo hizo no identificarla como la fuente de las obras hasta décadas después de su muerte. En cualquier caso, el Sr. Petropoulos, que fue contratado por el equipo jurídico de la familia Grünbaum, argumenta que la Sra Lukács-Herzl no tenía título para el arte porque ella nunca fue declarada heredera de Grünbaum por un tribunal austriaco, según sea necesario.
William Charron, el abogado del Sr. Bakalar, respondió que la Corte Federal de Distrito en Manhattan, que gobernó en demanda de la familia de la Grünbaum sobre "Mujer sentada", "rechazado el argumento de que el Sr. Kornfeld tenía documentos falsificados".
"Todos estos argumentos fueron transmitidos a fondo en los tribunales", dijo.
Así el catálogo de Sotheby's incluye el nombre de Mathilde Lukács-Herzl en la procedencia de "Mujer sentada", que tiene un valor estimado de 1,2 a $ 1,8 millones de dólares. En el catálogo de Christie's, la procedencia de la obra de Schiele que sale a venta no incluye ninguna mención de Lukács-Herzl. Su valor estimado es de 800.000 a 1,2 millones de dólares.
Timoteo Reif, un pariente Grünbaum, dijo que su familia se alegró de que Christie's y los propietarios de la acuarela "The Town", la finca de Ilona Gerstel, habían optado por reconocer la pretensión de la familia.
"Los esfuerzos de la familia Gerstel y por Christie's", dijo, "para llegar afirmativamente a la familia Grünbaum son ejemplos de la forma en que debería abordarse esta trágica serie de cuestiones.


Fuente: nytimes.com